El calamochino Francisco Royo se aventuró hace 30 años en un desafío personal: “Mens sana in corpore sano”. Su reto era ponerse en forma y gozar de salud mental, camino que ha recorrido a pie y subido en su fiel compañera, su bicicleta. Décadas después, hace balance de este objetivo, que se ha convertido en un hito deportivo al conseguir registrar en su palmarés más de 120.000 kilómetros de recorrido. Su satisfacción por este logro personal le ha llevado a querer compartirlo con sus vecinos y vecinas a través de estas líneas, dejando constancia además de su intención de seguir sumando kilómetros y experiencias.
Me llamo Francisco Royo Domingo, muchos no sabrán quién soy, pero si les digo que soy Paquito «Tío Raba», se me conoce más. Aquí, en El Comarcal del Jiloca, quiero contarles lo importante que ha sido para mí el deporte.
Estamos a comienzos de los años 90 del siglo XX, cuando decidí marcarme un objetivo, que era mejorar mi forma física y mental. Estuvieron bien los años 80, de creatividad, música, conciertos, Ruta del Bakalao, movida madrileña… Sí, estuvieron bien, pero para la mente y el físico no. Porque en lo que me propuse, no vale trasnochar y menos fumar y beber alcohol, etc. Así que con vistas a las Olimpiadas de Barcelona de 1992, este mendas se compró una bicicleta y se puso a hacer deporte, alternándolo con el trabajo, un 22 de junio de 1992.
Empecé y me apunté en una libreta los kilómetros oficiales. Entre entrenos y cicloturistas y entrenos y carreras a pie, a día de 28 de junio de 2022, me saqué los kilómetros en 30 años y salieron 100.000 km en bici y 20.000 km a pie, lo que para mí es una satisfacción por todo el esfuerzo realizado. Y quiero añadir que, desde hace una década, participo en carreras solidarias, por ejemplo relacionadas con ayudar a personas con enfermedades (cáncer, esclerosis múltiple, Piel de Mariposa, etc.) o afectados por desastres naturales.
Tengo que decir también que en todos los sitios que he estado, la convivencia y el compañerismo han sido muy gratos, con buenos almuerzos y sacando puntos de vista sobre las carreras. Como puntos anecdóticos, hay muchos. Por ejemplo, en una cicloturista de Monreal del Campo, en la que nos dirigíamos al Castillo de Peracense, un atajo de ovejas se espantó, sería por el colorido multicolor de los ciclistas o vete tú a saber, y corrieron en nuestra dirección un kilómetro. O en la carrera pedreste de la subida a San Marcos de Fuentes Claras, en la que al acabar la prueba, la gente que no sabe lo que hacerse conmigo, me invitó a comer: ¡Paquito, quédate a comer!, me decían.
No me olvido de la prueba de bici Montes de Calamocha, que es la más longeva con su XXIX edición, apta para la gente que se inicia en bici. Es bonita y asequible a todas las edades porque la organización es espléndida y hace un recorrido cortito, de menos de 40 kilómetros y en llano. Donde se almuerza y al final se obsequia con un sorteo relacionado con la bici, una camiseta con el año y la edición.
Y, en cuanto a mí, quiero decir que antes había 300 días al año, ahora salgo 200, eso lo hace la edad, es normal.
En cuanto a referentes deportivos en bici, lo tengo claro: José Manuel Fuente, Luis Ocaña, Lejarreta o Perico Delgado. Y corriendo a pie, Mariano Aro, Martín Fiz y Abel Antón.
Y termino agradeciendo a El COMARCAL por haberme dejado estas líneas para relatar mi historia.
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