Viva Calamocha, que es mi pueblo. Quizás con estas palabras, quizás con otras más sutiles. Quien me conoce sabe que allá donde voy no tardan en saber de dónde vengo y alguno, a fuerza de insistencia, acaba visitando la comarca semanas después. Calamocha es un pueblo de oportunidades, una de las poblaciones de influencia supracomarcal que se reconocen legalmente en la estructura de población del territorio aragonés. Uno de los principales núcleos de Aragón y por el devenir de su entorno más inmediato, quizás uno a los que se deba prestar más atención. Situado en una encrucijada resistente entre Zaragoza, Teruel, Calatayud y Castilla, una pequeña estructura urbana en torno al tridente Daroca-Calamocha-Monreal podría articular nuestro territorio de forma que nada nos falte, prestando servicio desde el valle a todo cuanto nos circunda, potenciando la generación de posibilidades para todos, suponiendo ese área de encuentro que una comarcana me definió como “mi barrio”.

Calamocha está viva y es vibrante. Gracias a ese carácter parte de una posición privilegiada por la combinación ganadora de servicios, empleo, ocio, naturaleza y vías de transporte. Presume de una combinación ganadora de hospitalidad, gastronomía, tradiciones, asociacionismo, buenas conexiones y una climatología sin parangón. Todavía goza de fama en los sectores industrial y agroindustrial. Nuestras ferias siguen siendo referentes. Una nueva generación aspira a tomar el relevo en muchos de los negocios que todos sentimos como propios. Pero la realidad es que encuentran dificultades y seguir dormidos en la autocomplacencia no llevará a ningún sitio. A la vista está: llevamos cinco años oyendo hablar de una gran empresa que no llega y no parece que lo vaya a hacer; nos dicen que la luz será gratis pero no hay nada firmado, por lo que no sabemos ni cuándo ni a cambio de qué; nos dicen que veinte millones de euros han sido gastados aquí y no han sido revulsivo de nada; se pierden servicios, se cierran comercios sin que nadie se interese por los traspasos y por otra parte nuestros jóvenes tienen que salir en busca de ocio a otros pueblos.

Desde Teruel Existe vamos a estar frente a aquellos que militan por la despoblación y por el “malismo”, por perpetuar un sistema pseudo-caciquil asentado en la imposición de la opinión. Vivimos una Calamocha en la que, en un paranoico giro de los hechos, quien emplea modus operandi rancios y totalitarios se permite acusar desde el insulto y la desinformación, a quienes tienen otras voces, de “fascistas”.

Frente a quejas lastimeras que hablan de la herencia recibida (¿hay que recordar que vamos para 12 años con el mismo Alcalde?), a excusas de “firmo tantas cosas que vaya usted a saber” o la tan manida excusa de “será responsabilidad de los técnicos municipales”, cuando un político se acoge a estos lugares comunes y elude la responsabilidad de las directrices, el empeño y la insistencia de quien gobierna, nos esperan tardes de gloria.

En los plenos la estrategia del partido de gobierno está siendo de acelerado reconocimiento de faltas de estos últimos años. Van para doce años en el Gobierno de Calamocha, coincidiendo con otros ocho años en el Gobierno de Aragón, cuatro en el Gobierno de la Diputación Provincial y nos encontramos ahora con improvisadas mociones para que mejore la financiación de los pueblos incorporados al municipio de Calamocha en los 70 o que el centro de salud se lleve a la residencia (“o donde sea”, dicen ahora frente a la imposición que nos vendieron en campaña).

En apenas tres plenos ordinarios hemos sido capaces de ver cómo el Ayuntamiento hace aguas y que una tras otra se pierden subvenciones ya sea por falta de cuidado, por falta de atención o por falta de interés. Pedimos responsabilidad política. En unas arcas nada boyantes no podemos permitirnos perder ni un euro: las subvenciones que no lleguen tendrán que ser sufragadas con los recursos ordinarios del Ayuntamiento.

A nuestro alrededor se han dado especializaciones y profesionalizaciones de sectores enteros, la instalación de grandes empresas o la ampliación de las que ya existían. No podemos seguir colgados de una autocomplacencia que no nos lleva a ningún lado. Sin sectarismos, si un proyecto es bueno para el territorio que tengan por seguro que lo apoyaremos.

Con la esperanza de que el año que comienza traiga grandes satisfacciones para el interés de Calamocha y que podamos caminar hacia un futuro próspero, el grupo municipal de Teruel Existe os desea ¡Feliz Navidad!

ANTONIO ABAD. Concejal del Ayto. de Calamocha

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