La aprobación del presupuesto municipal del Ayuntamiento de Calamocha o cualquier otra institución es una de las principales obligaciones de cualquier cargo público que nos represente. Es una de las funciones más relevantes y en donde se marcan los objetivos que se irán desarrollando durante los próximos meses. En esta declaración de intenciones se puede vislumbrar lo que los gobernantes municipales quieren hacer para mejorar la vida de los ciudadanos. Es cierto que la mayoría del presupuesto se va en personal y gasto corriente, parte del cual servirá para mantener en buen estado las vías e infraestructuras. Algo que sirve de poco cuando se presencian lamentables actuaciones por parte de lo que algún indeseable ha realizado en el patrimonio declarado Bien de Interés Cultural en el puente romano de Calamocha. Pintadas, sobre las que van a tener que dar muchas explicaciones, ya que su proceso de limpieza debe pasar por las bendiciones de la Comisión de Patrimonio del Gobierno de Aragón. Esta misma persona también diseminó su mal gusto al pasearse por el parque municipal donde también realizó pintadas. Será con cargo a las arcas municipales cómo se limpiarán dichas pintadas, restando su coste a cualquier otra actividad que pudiera realizarse. Estas conductas son verdaderamente lamentables y reflejan el nivel intelectual de quienes las llevan a cabo. La educación y el sentimiento de responsabilidad compartida son aspectos en los que debemos mejorar como sociedad. En esta nueva legislatura es poco probable que recibamos importantes asignaciones presupuestarias de otras instituciones debido al cambio de gobierno tras las elecciones. Es crucial trabajar en la equidad en la distribución de los fondos y buscar un mayor consenso entre todas las partes involucradas.