Arrancamos un 2023 que nos va a traer un montón de novedades en nuestras comarcas, son meses donde hay que dejar todo terminado para mostrar a la ciudadanía todo lo que se ha realizado en estos cuatro últimos años, en el caso de que así haya sido. Si de un examen se tratara, podríamos decir que la del Jiloca aprueba con un suficiente, mientras que la de Daroca suspende. Una institución que no ha sabido siquiera sacar unos presupuestos adelante. Es lamentable la actuación de sus dirigentes políticos que demuestran una y otra vez no ser capaces de realizar lo más mínimo de una administración pública, prestadora de servicios y con una carga de trabajadores alta.
La traducción de esta forma de trabajar en un futuro cercano será un territorio cada vez mas vacío e indignado, ya que si las instituciones no realizan su función, ¿para qué nos sirven? Un claro ejemplo es el que mostraremos próximamente, el territorio de Daroca y sus localidades vuelve a perder población. Una situación similar a la mayoría de las localidades del Jiloca, pero con la salvedad de que pertenecer a las provincias de Teruel, Soria o Cuenca, posibilita recibir ayudas a través de mecanismos como el FITE o las recientes ayudas al funcionamiento de las empresas. Son cantidades muy escasas e irrisorias pero constituyen incentivos que no disponen los territorios de Daroca. Pertenecer en este caso a Zaragoza muestra claramente una debilidad, ya que la gran capital de Aragón consume la mayoría de los recursos y opciones que pudieran tener localidades pequeñas.
Queda la esperanza de que el próximo encuentro electoral con los ciudadanos para renovar los cargos en las instituciones traiga una savia nueva y frescura en los responsables políticos, con ganas de pelear en los organismos superiores para poder traer nuevos proyectos y esperanzas. Aunque es evidente que nadie nos va a traer algo por lo que no peleen los vecinos y habitantes que vivimos diariamente aquí. La labor de luchar por la supervivencia de nuestros municipios y generar expectativas de futuro es tarea de cada uno de sus habitantes. Esperemos que los Reyes Magos hayan devuelto la cordura y consenso a las instituciones para que se dediquen a preocuparse por el trabajo de las mismas, así como por generar recursos turísticos y culturales para ser un referente en nuestra comunidad.