Las mujeres rurales siempre han ocupado un lugar fundamental en el mantenimiento de nuestras localidades, de nuestro entorno, tanto en el medio urbano, pero especialmente en el rural. Pero estas contribuciones en muchas ocasiones no han sido valoradas y es el momento de destacar su importancia.
Tradicionalmente, su labor en la agricultura y la ganadería se ha visto desplazada a un segundo plano tras el trabajo del hombre. Sin embargo, eran la pieza fundamental para el desarrollo del negocio familiar.
Se ocupaban de las tareas domésticas, las labores en la explotación familiar, la crianza de los hijos e hijas y del cuidado de las personas mayores. Una extenuante labor que realizaban y se realiza día tras día sin descanso, ni horarios establecidos. Un ejemplo de ello han sido mis abuelas y las abuelas de muchos de vosotros y vosotras. Mi abuela materna se dedicaba a las labores del hogar, cuidado de sus hijos, cuidado de los animales, realizaba todas las labores del campo y llevaba la economía familiar.
Es un derecho necesario, proteger a todas aquellas mujeres que a lo largo de la historia han sido parte fundamental de las economías familiares.
Cuando se habla de despoblación, se debe hablar de agricultura y de la mujer, porque son los dos pilares invisibles que han fijado población a lo largo de la historia y continúan haciéndolo. Tan importante es la presencia de las mujeres para el mantenimiento del mundo rural como su ausencia para explicar su declive.
También cabe destacar que el concepto de mujer rural va más allá de la imagen que existe de una mujer labrando el campo, lavando ropa en el lavadero o cuidando de la familia.
Es cierto que muchas de ellas trabajan en el sector primario como agricultoras o ganaderas, pero muchas otras son mujeres empresarias y gerentes de su negocio en el mundo rural. En la comarca Campo de Daroca tenemos ejemplos en el sector primario con ganaderas, agriculturas y empresas de jardinería, en el sector secundario con artesanas, y en el terciario con peluquerías y estancos.
Por otra parte, es cada vez más importante la presencia de las mujeres rurales en puestos políticos de decisión, como representantes municipales o comarcales de su zona o en asociaciones. Desde los cuales intervienen directamente en los procesos de desarrollo de nuestros pueblos y en la modernización de estos, obteniendo grandes resultados.
Es por ello por lo que es fundamental el desarrollo del Estatuto de las Mujeres Rurales de Aragón, que contemple medidas de impulso, promoción y mejora jurídica al régimen de titularidad compartida de las explotaciones agrarias y ganaderas. Así como medidas de conciliación y de impulso al emprendimiento de la mujer.
Quiero acabar este texto con una reflexión: “El mundo rural sobrevive gracias a las mujeres, y no cabe plantear un futuro para el mundo rural sin la presencia de mujeres y en especial, de mujeres jóvenes”.
MARÍA LINA HERNANDO. Mujer rural y alcaldesa de Mainar