En principio, si todos los años se trabajara de la misma manera, todos los años se deberían obtener los mismos resultados, pero ¿esto es así? En agricultura la respuesta claramente es negativa. Pese a que algunos procesos pueden estar totalmente controlados, cuando se trabaja al aire libre el control de los parámetros prácticamente es inexistente. Esto ha ayudado a muchos agricultores o empresarios a innovar y buscar nuevas técnicas de cultivo o nuevos productos agroalimentarios que no dependan tanto de las condiciones climatológicas. Muchos de los agricultores buscan la rentabilidad de sus trabajos en las ayudas de la PAC, porque les han obligado a ello. Una Política Agraria Común creada tras la II Guerra Mundial en 1950, cuando se produjo un período de escasez alimentaria para que las personas pudieran disponer de alimento a precios razonables y para que los agricultores pudiesen ganarse la vida de forma justa. Algo que no sucede a día de hoy, según afirman muchos de ellos. La mayoría de nuestros agricultores poseen más de 50 años y la renovación del sector no acaba de llegar debido a las numerosas trabas que estos tienen que hacer frente, sin asegurar así el relevo generacional. Poco han ayudado la cantidad de “vicios“ adquiridos y dinero malgastado por algunos de ellos, donde no tiene sentido que un anciano o una persona que no se dedica a la agricultura siga cobrando la PAC, o que una persona que fue ganadera siga teniendo los derechos de estos animales. Pero, hay mucho dinero en juego por el que no se quiere que cambie de dueño y por consiguiente que se avance en el desarrollo del sector primario. A un joven que realizó su plan de viabilidad hace escasamente 3 años no le va a servir para el actual debido a que las reglas del juego van cambiando continuamente y es imposible hacer una previsión de ingresos y gastos. Es una realidad que todos tenemos que cuidar el planeta, pero los mayores defensores de la naturaleza son los propios agricultores, que viven de ella. Quizá por eso las medidas agroambientales deberían implantarse de manera más estricta en las grandes ciudades o formar a nuestros agricultores y ganaderos de manera sencilla y sin tanta burocracia que retroalimenta al sistema “gobierno-sindicatos-agricultor”, siendo este último el eslabón más débil. Es importante encontrar el equilibrio en las reglas del juego para los agricultores y ganaderos que son el sustento del medio rural donde vivimos. Una revisión de la actual PAC que dote de herramientas fáciles y sencillas a todos los que conforman el primer eslabón de la cadena alimentaria. No es lógico que se destine más tiempo a la gestión de papeles que a producir. También es importante destacar que si a una PYME se le exige cumplir con la normativa y el papeleo correspondiente, a los agricultores y ganaderos también.

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