Sector estratégico

Feb 15, 2024

Las movilizaciones del campo se han hecho notar en todo el territorio durante estos días al impedir la libre circulación en las principales carreteras y núcleos logísticos. Sin duda, ahora más que nunca somos conscientes, por si alguno no lo era ya, de que el sector primario es uno de los más importantes y necesarios para desarrollar la vida y la economía de un país. Un sector fundamental y predominante en territorios poco poblados como los que aborda este medio de comunicación. Muchos de los pueblos sobreviven gracias a la agricultura y ganadería, de una manera un poco excepcional, debido al continuo cambio de las reglas de juego para este sector económico.

Si no te modernizas y adaptas al cambio estás condenado a morir, pero hay situaciones en el sector primario que son difíciles de cambiar debido a factores externos que el propio agricultor o empresario no puede controlar en todos los procesos productivos, ya que es una actividad al aire libre y muy condicionada por la climatología. Alcanzar el equilibrio para que este sector estratégico sea potente y fuerte es clave ante los cambios que puedan surgir. En muchas de las movilizaciones hemos escuchado que la cantidad de burocracia que se les ha impuesto les exige invertir mucho tiempo para el retorno que por ello reciben, pero ¿acaso otras empresas no tienen esa burocracia? Siendo en algunos casos incluso mayor. La renovación de la flota de vehículos y las incorporaciones de personal joven deben marcar los nuevos horizontes para el sector primario, pero no sin la ayuda de los gobiernos para que esto suceda, quitando papeleos innecesarios que únicamente justifican ciertos sueldos públicos.

Tras una siembra muy cara en la pasada campaña agrícola y una cosecha prácticamente desaparecida tenemos a los agricultores descapitalizados y asumiendo costes a base de endeudarse porque a algunos les falta liquidez. ¿Dónde están las ayudas directas para este sector? ¿Dónde están los gobiernos? ¿Dónde está la UE? Se deberían conceder ayudas directas durante al menos dos años, que no préstamos blandos, para intentar reflotar un sector estratégico, no solo en las grandes ciudades si no en los pequeños municipios, así conseguiremos dos objetivos: fijar población en el medio rural y potenciar la agricultura para que se supere ese 3% del PIB español. Ayudas directas que deberían ser controladas y supervisadas para que su destino sea el correcto. También hemos de reconocer que ya es hora de que hayan despertado del ensoñamiento que venían de estos últimos años, porque la nueva PAC que ahora llega se gestó en los últimos 3 años por los representantes de los sindicatos y los consejeros de agricultura, entre otros. Unos representantes que parecen no ser muy estratégicos.

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