La Junta de Cofradías de Semana Santa decidió no hacer la procesión en la tarde del Viernes Santo

La conmemoración de la Semana Santa de Calamocha estuvo marcada por la presencia de lluvias en distintos momentos a lo largo de las jornadas provocando la suspensión o modificación de alguno de los actos programados. La decisión más difícil de la Junta de Cofradías llegó en la tarde-noche del Viernes Santo cuando determinaron no hacer la procesión del Santo Entierro. Las horas previas a esta cita se vivieron con incertidumbre motivada por las lluvias que amainaron conforme se acercó el momento del comienzo de la celebración. Las distintas cofradías llegaron a congregarse en la plaza España, desde la que se sale, con sus secciones instrumentales e incluso la imagen de la Entrada de Jesús en Jerusalén ya estaba preparada en el umbral de la iglesia para dar los primeros pasos cuando los Hermanos Mayores determinaron no procesionar y salvaguardar así la imaginería de la localidad.

Esta suspensión se sumó al cambio hecho en la tarde del miércoles día 27, con la procesión del Cautivo, que sustituyó las calles por el interior del templo parroquial. Así la Cofradía del Santísimo Ecce-Homo y la de Nuestra Señora de la Soledad tuvieron que procesionar bajo techo y escuchar atentamente la reflexión que hizo la vecina Ana Julia Sánchez sobre la salud mental. La jornada estuvo acompañada de los acordes de la banda de la primera hermandad mencionada.

Sentimiento y emoción
A pesar de estos contratiempos, los cofrades y feligreses pudieron revivir cada uno de los actos semanasantísticos en los que se ponen de manifiesto el fervor, la tradición, el silencio y la fe de esta localidad jilocana. El silencio de la reflexión se rompe exclusivamente con el sonido característico y los compases de bombos, tambores, cornetas, matracas y carracas de las distintas bandas instrumentales.
La de la cofradía del Santo Cristo se encargó de incrementar el sentimiento y la emoción de todos los presentes a la procesión de Las Siete Palabras, después de recorrer las calles que unen la iglesia Santa María la Mayor con la ermita del Santo Cristo, con el sentido homenaje que hicieron al joven Alejandro Gómez Casanova.

El redoble de tambores, el estruendo de bombos y las cornetas sonaron con mayor ímpetu en esta ubicación calamochina en ese recuerdo emotivo con su cofrade recientemente fallecido. Las cofradías y fieles cerraron la Semana Santa rezumando fe y tradición en el Domingo de Resurrección.

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