El 17 de diciembre de 2023 se cumplieron 60 años del famoso récord
de temperatura: el registro de -30ºC en el observatorio Calamocha-
VOR del término municipal de Fuentes Claras. Visto desde
hoy en día, este dato nos puede parecer impresionante, pero lo cierto
es que el acontecimiento de los treinta grados negativos pudo ser
simplemente un comentario anecdótico dentro del siglo XX. El divulgador
científico y colaborador del Aemet Vicente Aupí comenta
que el hito es el mejor ejemplo de un fenómeno que se ha repetido
más de un centenar de veces en nuestra zona desde el siglo XX: una
mínima inferior a -20ª, constituyendo el llamado “Triángulo del
Frío” entre el Jiloca, Teruel y Molina.


Fue en el invierno de 1937 y 1938, uno de los más gélidos de la historia
contemporánea, una de esas veces en la que los -20º grados se
volvieron a rebasar. La Batalla de Teruel había comenzado el 15 de
diciembre y pronto el frío se convirtió en un enemigo más contra el
que luchar en combate. Vicente Aupí recoge este acontecimiento en
“El General Invierno en La Batalla de Teruel” en el que se narra la
importancia que tuvieron las bajas temperaturas en este episodio
de la Guerra Civil.


El papel del frío fue determinante en el desarrollo de la Guerra,
si bien al principio favoreció al Ejército Popular, pronto acabó por
desgastar y desmoralizar a las tropas republicanas. Durante las
batallas, había que retirar a los soldados helados a la retaguardia,
dejando multitud de cadáveres helados si estos habían fallecido por
frío durante los ataques. En la Segunda Guerra Mundial, la humedad
provocaba el pie de trinchera, lo de Teruel iba un paso más
allá: el ‘pie negro’, como se conocía en los hospitales, venía acompañado
de gangrenas, necrosis y hematomas que acababan en amputación.
La única preocupación de muchos de los combatientes era que
no les robasen la manta mientras dormían al raso, tumbados en el
suelo. Los hombres se apiñaban en filas, girándose al unísono para
que, al tirar de la manta, ningún hombre o miembro se quedase
fuera. Los Brigadistas Internacionales y la Legión Cóndor se vieron
sorprendidos. España había sido siempre, a sus ojos, una región
soleada y vacacional. Las fotografías tomadas por el Batallón Lincoln
aparecen catalogadas en la New York University como “North
Pole, Teruel sector”, sirviendo como testimonio gráfico de las adversidades
meteorológicas.


El invierno, además, llegó a congelar la guerra en dos ocasiones.
La primera ellas, en la Nochevieja de 1937. Los republicanos controlaban
Teruel y las tropas franquistas rodearon la ciudad. Poco
antes de la ofensiva, un temporal de nieve empezó a cubrir Teruel,
paralizando todo y creando, según testimonios, un clima que parecía
más del fin de los tiempos que de fin de año.
El segundo episodio ocurrió la noche del 25 de Enero de 1938.
Ese día la meteorología dio tregua y no temporal en Teruel. La tormenta
se estaba produciendo algo más lejos, a ciento cincuenta millones
de kilómetros. En el sol hubo varias llamaradas solares que
llegaron a la Tierra en forma de aurora boreal. De manera excepcional,
esta se pudo contemplar en toda Europa, adoptando el color
rojo al aparecer en latitudes meridionales. El cielo de Teruel se tiñó
como un rubí, aumentando el temor de los solados ante la utilización
de armas desconocidas por parte del bando contrario. Muchos
combatientes entraron en pánico, poniéndose máscaras de gas y
llegando a pensar que Hitler estaba probando en España un Rayo
de la Muerte. Pronto, viendo la magnitud del fenómeno, se determinó
que solo podía deberse a una causa natural. El día siguiente,
los periódicos amanecían con mensajes de astrónomos advirtiendo
de que se trataba del fenómeno geomagnético, tranquilizando a la
población.


Si quieres más información al respecto puedes consultar “El General
Invierno en la Batalla de Teruel”, de Vicente Aupí. Para más
información sobre la Guerra Civil en Teruel o en el Jiloca, puedes
consultar nuestros artículos en el Baúl de la Memoria o escribiéndonos
a secretaria@xiloca.com. Y tú ¿conoces más historias como
estas? ¡Queremos saberlas!
Acércate, pregunta, curiosea.

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