Como los buenos chistes, con las mínimas palabras y unas pocas escenas para expresar en cinco minutos lo que es España. Y lo hacen bien. En 300 segundos.
Para ello la cinta nos traslada a un pequeño pueblo de Aragón en el verano donde tres señoras mayores, seis ojos, seis potentes escáneres, exploran, registran y comentan todo lo que pasa a su alrededor sin perder detalle.
Aragón como resumen y quintaesencia de España. Decía Joaquín Costa que cuando España deje de ser España, y lleva camino de pasar, Aragón seguirá siendo España.
Si “La vieja’l visillo” de José Mota se esconde enlutada y siniestra detrás de la ventana, aquí es un joven que mientras bebe en una taza atisba desde lo alto de un pequeño ventano lo que pasa en el pueblo.
Una especie de Diablo Cojuelo que muestra a los niños jugando, a los hombres, silenciosos, trabajando en el campo o descansando a la fresca. ¡Ah!, pero ahí están sentadas en medio de la plaza nuestras tres amables alcahuetas repasando la actualidad del pueblo que pasa por sus escáneres oculares. Dándole sin parar a la sinhueso.
En un pueblo pequeño de la España vaciada con su entierro casi diario, su cura extranjero y su peluquero ambulante. Entierro porque ya son muy raros allí bautizos o bodas, sacerdotes de otros países pues nuestros seminarios están bajo mínimos, y peluqueros que llegan con su furgoneta lo mismo que fruteros, panaderos, zapateros, etc.
Se disculpa el chisme de las chicas como servidumbre debida a lo políticamente correcto, pues la obra participa en un concurso cinematográfico.
Lo mejor el desenlace peluqueril. Rezuma optimismo.
Cinco minutos, trescientos segundos para “Decir qué es España sin decirlo”. Con participación calamochina.
No se lo pierdan, es bien sencillo.
Ya saben “Youtube / Turespaña / Alcahuetas”.
LAFUENTE ESTEFANÍA
Filmaffinity