El secreto de Pérez

Jun 23, 2022

Un día muy bonito y soleado, Max, un niño aventurero, quiso comerse una manzana cuando, de pronto, se le cayó un diente. Su madre le dijo que, si lo dejaba debajo de la almohada, el ratoncito Pérez se lo llevaría.


Max, muy ilusionado, pensó que era una magnífica idea. Cuando llegó la noche, dejó su diente bajo la almohada y esperó hasta que llegara. Al ver al ratón, lo siguió para ver cuál era su destino. Después de recorrer varios kilómetros, llegó a su casa, hecha de dientes, y allí observó grandes sacos de muelas, figuras de piezas dentales y una cosa muy especial. Max estaba muy emocionado en la casa de Pérez y todo le parecía magnífico.


De pronto, encontró un gran colmillo de elefante. Se preguntó cómo habría llegado hasta allí. ¿Sería que algún elefante viejo había muerto y Pérez aprovechaba su marfil? ¿O habrían matado al elefante? Max disimuló y se fue a su casa con la duda.


Pasaron varios días y Pérez, el ratón, se fue de viaje sin decir su destino. Esto hizo que la preocupación de Max creciera. Al regreso del ratón, el niño acudió de nuevo a su casa para ver si había alguna novedad. Se metió en los viejos almacenes y allí encontró muchos colmillos de elefante.
Cuando llegó a su hogar, Max, muy asustado, se lo contó a sus padres. Inmediatamente, llamaron a la policía para que encarcelaran a Pérez. Los agentes encontraron cientos de colmillos de elefantes y, rápidamente, lo llevaron a prisión.


El que pensábamos que era tan bueno resultó ser un cazador furtivo que acabó sus días en la cárcel. Su trabajo de recoger los dientes de los niños y la ilusión que generaba su visita fueron retomados por su hermano, un ratoncito muy bueno que es quien, actualmente, nos hace felices a todos.
Este es uno de mis secretos. ¡No se lo cuentes a nadie! Yo te lo cuento a ti porque eres mi amigo.

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