El escritor Rafa Saiz ha investigado sobre el padre de su suegra, un joven que fue forzado a abandonar su hogar en 1937, y cuya historia se descubre en el libro ‘Camino a Singra’ para no olvidar los hechos que allí sucedieron
Extracto del libro ‘Camino de Singra’
Mirar al horizonte desde lo alto de Los Cabezos de Singra hace que mi imaginación se active de forma inmediata. Así me ocurrió la primera vez que ascendí aquellos pequeños montículos, en verano de 2023, en una visita a puerta fría al pueblo que más interrogantes lanzaba en aquel momento sobre mi investigación: el periplo de Federico Centellas, un joven que no tenía nada que destacar desde el punto de vista político, y menos aún, bélico. Simplemente, era un joven albañil que vivía feliz con su mujer, y que acababa de ser padre. Esa hija, Conxita, a quien Federico fue forzado a abandonar en la primavera de 1937, cuando ella apenas daba sus primeros pasitos, un día sería mi suegra. He vivido la experiencia de la investigación y posterior redactado del libro con mucha emoción, y las reacciones posteriores a su publicación han sido, si cabe, aún más emocionantes, tales han sido y siguen siendo los comentarios y recuerdos que me han transmitido los lectores. Pero si algo me ha dejado un vacío, es no haberlo podido hacer antes. El libro empieza y acaba en el cementerio, explicándoles a hija y esposa los hallazgos sobre el periplo de su respectivo padre y marido. Ojalá se lo pudiera haber explicado todo de viva voz. Ojalá ellas, que aunque no sean el hilo principal de la narración, realmente son las protagonistas de la historia… ojalá ellas hubieran podido leer “Camino de Singra”.
Durante un tiempo, todos los datos me llevaban a construir una ruta que desplazaba a Federico por la provincia de Huesca. Partiendo de Manresa, las pistas dibujaban sobre el mapa un camino que subía hacia el norte: Fraga, Ballobar, Osso de Cinca, Marcén, Grañén, Lasieso, Boltaña… todos los datos y cartas recuperadas parecían indicar que, para indagar sobre su desaparición, tendría que moverme por la Línea del Cinca, o más al norte, a la zona Pirenaica.
El momento de inflexión fue cuando, en una hoja del PSET (Pagaduría Secundaria del Ejército de Tierra republicano) apareció su nombre, constando como desaparecido, pero en una ubicación relativamente lejana a mi campo de investigación. Federico había salido a combate el 25 de enero de 1938, y nunca había regresado a su base. Se le daba por desaparecido justo el día en que cumplía 28 años. La gran sorpresa fue la ubicación de esos hechos: Singra.
Inmediatamente, mis ojos giraron hacia el sur de Aragón, centrándose en los acontecimientos acaecidos durante la conquista y posterior pérdida, por parte del ejército republicano, de la ciudad de Teruel. De nuevo, tocaba recabar mucha información: libros de David Alegre Lorenz, Alfonso Casas Ologaray, visita al Centro de Interpretación de Villarquemado, infinidad de lecturas, reportajes y artículos para intentar entender qué pintaba Singra en todo aquello. Entendí que controlar los Cabezos de Singra hubiera significado que el ejército sublevado no se habría podido rearmar para reconquistar la ciudad. Controlar los Cabezos era controlar las vías de acceso desde Zaragoza; cortando el suministro se hubiera garantizado el control de la zona.
Pero esa ofensiva debía partir de la zona controlada por los republicanos, Sierra Palomera… miro al horizonte y la veo demasiado lejos. Son pocos quilómetros, pero se trata de una vasta superficie, totalmente expuesta, sin lugar donde parapetarse. Miro al horizonte y solo veo a jóvenes enviados a un matadero. Miro al horizonte y veo frío, nieve… veo la muerte.
“Camino de Singra” quiere recordar a esos jóvenes, pues no olvidarlos es necesario para que hechos así no vuelvan a suceder.
Este libro, además, se ha introducido en el IES Valle del Jiloca como lectura obligatoria. En este centro se dará una charla a los alumnos en la próxima primavera, previsiblemente el 11 de abril por la mañana, mientras que por la tarde se celebrará un acto público, posiblemente en Monreal del Campo.