POR José Luis Catalán Cotaina

Regalar vivienda y puesto de trabajo para que las personas se queden en los pueblos no termina de arreglar la despoblación que se sufre, no digo que con alguna persona en particular funcione, pero en general no.
Las personas hoy en día viven a la última y si tienen la oportunidad de cambio la ejercen, aunque quizás luego se arrepientan, pero la individualidad, la facilidad de salir a la calle y encontrar gente aunque sea desconocida, la sensación de grupo y ser incógnita en la colectividad, pueden más que un cierto seguro de supervivencia.


No sé cuál es o sería la fórmula, pero sí que es cierto que los que más se quedan en le pueblo son los que tienen arraigo en ellos, arraigo de todo tipo de propiedad, de familiar, de amistas. El arraigo es primordial.


Considero que sería más interesante facilitarle la compra de vivienda que dejarle vivir en ella, que los arrastre la familia, las amistades, a establecerse allí.
Es cierto que no hay que desdeñar todo lo demás, porque todo sirve para que los pueblos sigan latiendo. Léase cárcel de Daroca, léase Cariñena con Yudigar, ambos ofrecen puestos de trabajo y viviendas y son escasos lo que las utilizan.


Lo cierto es que como explica José Ángel García en un artículo anterior, la demografía no juega a nuestro favor en estas nuestras comarcas y todo lo que se haga será poco para cambiar las cifras demográficas hacia los pueblos del Jiloca y Daroca. Quizás en otros lugares con situaciones distintas y con diferentes propuestas sirvan, pero cada comarca, cada pueblo tiene unas peculiaridades que hay que diferenciar.
En Romanos hemos conseguido mantener la población estable desde hace unos diez años, ya sé que nos dirán tenéis residencia de ancianos (sería capítulo aparte el análisis de la influencia o no), pero también hemos procurado y estamos procurando dotar al pueblo de una cierta comodidad para que el que opte por quedarse en él las tenga; cercano a la autovía, con piscina, gimnasio, pista de pádel, albergue, tienda, bar, fibra óptica…


Sin embargo nos falta de cobertura, algún puesto de trabajo, y el arraigo suficiente para conseguir casa y trabajo. Existen proyectos, como placas solares, que proporcionarían ingresos al ayuntamiento y se potenciarían diversas ideas, pero no acaban de llegar.
Seguiremos luchando y trabajando para que estos territorios tengan posibilidades de desarrollo y que las gente, aunque sean pocas, opten por quedarse en ellos. Territorios que necesitan ser repoblados para que Aragón no sea solo un gran Cabezón con Zaragoza y cuatro puntos más.

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