Hace algunas fechas la Unidad Pastoral de Daroca publicó en las redes sociales una buena noticia. Por fin va a ser restaurada la Ermita del Carmen.
Sin entrar en detalles sobre los distintos organismos que participan en su restauración, a los que por supuesto agradecemos que se lleve a cabo, los darocenses podemos estar contentos de que así sea y esta ermita y su entorno vuelvan a tener el entrañable encanto que tuvieron en otros tiempos en los que su jardín exterior era lugar de encuentro en las calurosas tardes de verano.


Consultando antiguos documentos podemos saber que la Ermita del Carmen se construiría a mitad del s.XVII, siendo fundada en torno al 1659 por el presbítero mosén Diego de Segura, bajo la jurisdicción de la Parroquia de Santo Domingo de Silos de Daroca. Por esos mismos documentos sabemos que el altar mayor estaba dedicado, naturalmente, a la Virgen del Carmen y que en lo alto del mismo había un lienzo de San Pascual Bailón. Había también otras capillas y altares dedicados a San Ignacio, La Sagrada Familia, San Antonio de Padua, Santa Teresa de Jesús, San Dimas, San Miguel Arcángel, San Roque, San Gregorio, San Pedro o Santo Domingo de Guzmán, así como diversos lienzos dedicados a la Virgen en sus distintas advocaciones, Los Dolores, De los Desamparados, La Asunción, etc.


Dos magníficas arañas de cristal iluminaban la nave central del pequeño templo que contaba con varios bancos en dos filas, además de otros empotrados en las paredes laterales. La sacristía contaba también con diversos cuadros y en el coro un magnifico crucifijo. Contiguo a la ermita había una digna vivienda donde residía permanentemente una familia de ermitaños y al otro lado un huerto y corral gestionado por ellos, así como una habitación independiente en la que durante algún tiempo vivió un anciano llamado Marcial, a cambio de barrer la iglesia todos los días. A la ermita pertenecía también la capilla del Ecce Homo, conocida en Daroca como El Cristo del Carmen.


Esto en lo que respecta a la Ermita, que ya hemos visto que tiene una antigüedad de, al menos, 360 años. Mucho menos antigua es la cofradía que fue fundada en torno a ella que data de 1917, aprobada por el General de la Orden Carmelita en Roma el 3 de octubre de ese año. Los primeros estatutos se elaboraron el año siguiente y contaban con 18 artículos que el Arzobispo de Zaragoza autorizó el 1 de julio de 1919, siendo párroco-arcipreste de Daroca José María Gil de Oroquieta. Era una Cofradía inminentemente femenina, aunque no exclusiva. En 1918 dos hombres pertenecían a ella, Arturo Sánchez Malo y José Gonzalvo Fernández, frente a las más de 130 mujeres, cuyo número fue en aumento en las siguientes décadas alcanzando las 150 asociadas. En los años siguientes no hubo ningún hombre hasta 1934 y 1936 en los que hay inscritos en torno a la media docena.


La primera hermana mayor entre los años 1918 y 1919 fue Pabla Agustín y la secretaria Antonia Pelayo, más dos o tres vocales, cargos que cambiaban cada año. En principio la cofradía se denominaba “Santo Escapulario bajo la advocación de la Santísima Virgen del Monte Carmelo”, pero enseguida su nombre popular de Cofradía del Carmen fue también el oficial, y estaba adscrita a la Parroquia de Santa María de los Sagrados Corporales de Daroca.
La Cofradía se extinguió a principios de los años 60 del siglo pasado, siendo su última reunión el 18 de julio de 1962 en la que curiosamente nombraban hermana mayor para el año siguiente a Pilar Lozano Colás.

Comparte esta Noticia

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *