La riqueza monumental de la antigua Comunidad y actual Comarca de Daroca es inmensa en todo tipo de obras de arte y de diferentes épocas. Muchas de esas piezas, consideradas de primer orden del arte aragonés, han llegado a nuestros días, otras, lamentablemente, no. Este es el caso del magnífico Sagrario de Retascón que en su día ocupó el Altar mayor de su iglesia construido a finales del siglo XVI, hoy desaparecido, pero del que conocemos detalles gracias a la documentación existente.
El 9 de junio de 1594 el pueblo de Retascón encargó un sagrario para el Retablo Mayor de la su iglesia a los artesanos darocenses Juan de Monserrat y Jerónimo Espinosa, carpintero y dorador respectivamente. Ambos se comprometían ante el notario Lupercio Gonzalo, el jurado de Retascón Diego de Miguel y el vecino del mismo pueblo Marco Sebastián -menor- a realizar un sagrario con las características que se indican en el contrato.


Dio fe de ello el notario, Bartolomé Domingo que además representaba a los jurados por afirmar estos no saber escribir. La Capitulación la firmaron el propio notario y el vicario perpetuo de Retascón Juan Maicas, siendo testigos Asensio Martínez, habitante y ciudadano de Daroca y Lamberto Gonzalo, vecino de Lechón.


En el contrato se establecía que dicho sagrario tenía que ser similar al de Murero con idénticas columnas y entre los elementos ornamentales deberían estar representados la Resurrección y los ángeles con el arca del Santísimo Sacramento, “todo ello bien dorado de oro fino y bien estofado”, así como las figuras en relieve de San Bartolomé en las puertas y San Blas y el Ecce Homo en los laterales.
Ambas partes acordaban, mediante una fianza de 100 libras, siendo depositario Jerónimo Espinosa, que estaría acabado en 6 meses, para la Virgen de Septiembre de este año de 1594 y el coste total de la obra se pagaría en distintas tandas, siendo la primera de 20 libras al firmar la concordia, la segunda de 30 en mayo próximo, para la Pascua, la tercera de 10 cuando el carpintero acabase el mueble y comenzase su trabajo el dorador y la cuarta de 95 libras con la obra ya acabada para el día de Nuestra Señora, el 11 de Marzo del próximo año de 1595.
Este último plazo se comprometían las partes a hacerlo efectivo en Daroca ante el procurador del Concejo de Retascón Bartolomé Herrero y en presencia de los jurados Juan Monserrate y Domingo Maicas y los testigos Martín de Fuentes, labrador de Villanueva y Salvador Mozota de Longares.
Sin embargo muy poco se sabe de aquel sagrario. Dos siglos después se construyó un nuevo Retablo Mayor con su correspondiente Sagrario que es el que podemos contemplar hoy.
El actual retablo de mediados del siglo XVIII con forma de arco de medio punto cubre todo el presbiterio y es de una profusa decoración en mazonería muy del estilo barroco propio de la época. En la parte superior una talla de San Miguel y a ambos lados, de menor tamaño, San Joaquin y Santa Ana, rematado todo ello con la imagen del Creador con la bola del Mundo.
La hornacina central está ocupada por la titular de la iglesia, Nuestra Señora de la Asunción escoltada por cuatro figuras de gran tamaño de cuatro santos de mucho arraigo en esta tierra.
A su derecha, San Gregorio y Santo Domingo y a su izquierda San Juan el Bautista y San Pedro. Bajo la Virgen el Sagrario a modo de templete con columnas del mismo tipo que las del retablo con dos pequeñas figuras a los lados de San Pedro y San Pablo.

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