HERMINIO SANCHO
Diputado PSOE provincia de Teruel en el Congreso

Un lenguaje exaltado, de odio amenazante. Un lenguaje que justifica lo injustificable, que lanza a la calle a la gente bajo eslóganes que saben no se podrán cumplir, pero que generan problemas con consecuencias. En cualquier momento se puede pasar de la amenaza al daño. Ya los hay materiales y esperamos que no vayan a más y tengamos que lamentar daños personales.

Son los que se llaman a sí mismos constitucionalistas de una Constitución que no votaron pero que ahora defienden, los que utilizan en vano tanto ese instrumento como un buen número de conceptos para presentarse como demócratas, más de boquilla que reales. Dicen defender la democracia pero rompen cordones que hasta hace poco no se podían traspasar y labran trincheras con la intransigencia hacia los que piensan diferente.

Todos los que tenemos el honor de ser diputados en el Congreso, los 350, tenemos la legitimidad de ser representantes del pueblo español, elegidos por el voto del sufragio universal y con el mandato de servir a nuestros electores. Eso significa formar un gobierno para España, que cuando alcanza la mayoría de la Cámara tiene toda la legitimidad democrática que nos da la soberanía popular.

No es demócrata quien duda de esa legitimidad , ni quien no exige que se respete la legalidad con contundencia, rompiendo su ligazón con quien amenaza o agrede a los diputados electos, como le pasó a un servidor.

No es demócrata quien dice “se rompe España” sin ninguna justificación o quien difunde las fotos de los 121 diputados socialistas bajo el calificativo de “traidores a España”. Desafortunadamente esto lo hace un partido democrático que todos necesitamos, como es el PP. Lamento que esa forma de crispar haya llegado a nuestra provincia de la mano de quienes llevaban, durante una manifestación en la capital, un cartel en el que se leía “Herminio vota no”.

Demócrata se es todos los días del año y 24 horas al día. Todos los días. Y no vale el sí pero no. El no vale si no gobierno yo, el cualquier otro gobierno que no sea el mío no es legítimo. Como no vale acusar a un presidente del gobierno de un delito tan grave y tan claro como es dar un golpe de estado desde la tribuna del Congreso. Podríamos decir mil y una razones por las que ya no vale todo lo que está ocurriendo.

Pero sobre todo, lo que no vale es que el líder del tercer partido en representación en el Congreso diga que los ciudadanos colgarán de los pies a Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno de España. Todos sabemos en qué imagen estaba pensando y, en realidad, lo que hace es llamar a ejercer la violencia contra la autoridad legítima.

Es el mismo Abascal que dijo a los socialistas en el Congreso “luego no lloren ustedes, que llorarán, porque esto lo pararemos como sea, aquí, en la calle o como sea” para, nada más terminar su intervención, marcharse a manifestarse a Ferraz, a la sede del PSOE, abandonando su obligación de estar en el Congreso, que es para lo que se les eligió, para trabajar allí en mejorar la vida de la gente. La verdad es que no les importa nada. Todo está inventado, es la política del miedo y la tensión que caracteriza a los populismos. Primero se deslegitiman los procesos electorales y las instituciones, luego a los representantes políticos y finalmente se justifica e incita a la violencia.

Sólo quieren su representación para ir contra el modelo democrático que nos dimos todos los españoles: para tener unos servicios públicos para todos, para poder acceder a esa educación universal y que la hija de un pastor sea doctora porque pudo ir a la universidad pública. Para que los hijos y nietos de los que nacíamos en canasto puedan estar al frente de puestos de responsabilidad de este país, trabajando por la igualdad de oportunidades, la equidad y la libertad, sin tener que esconderse como nuestros antepasados.

No vamos a bajar ni los brazos ni la cabeza. Seguiremos con más fuerza que antes si cabe, aunque lamentablemente con menos libertad en las calles de Madrid en pleno siglo XXI, lo cual nos entristece. Agradezco a la Policía y a la Guardia Civil su ayuda y apoyo en estos momentos difíciles. Gracias en mi nombre y en el de todos mis compañeras/os.

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