EL TULIPÁN NEGRO

En estos últimos días hemos visto que los agricultores/as y ganaderos/as, han puesto de manifiesto su malestar y cabreo por la situación del campo en general.

Se han manifestado y se han hecho visibles con sus tractores y protestas. Se ha escuchado de todo, desde que en Europa no tienen ni idea de lo que es la agricultura y ganadería, que incluso se han incrementado los casos de suicidio entre los agricultores, competencia desleal de otros países, etc.

Desde luego no se puede ignorar que el campo en general tiene problemas para mantenerse, que la burocracia les absorbe y que es muy difícil tramitar las ayudas, cuadernos de campo digitales, etc., etc. La nueva política Agraria Común destina alrededor de 47.000 millones de euros a alrededor de 630.000 agricultores/as en España.

La PAC es una de las políticas que más dinero cuesta a la Unión Europea, de hecho, en 2021, la PAC supuso el 33,2 % del presupuesto total de la Unión Europea (unos 55.713 millones de euros).

La PAC es uno de los programas más antiguos, grandes y complejos de la UE y es fundamental para el sector agrícola y ganadero. Fue establecida en 1962 por los países fundadores de la entonces Comunidad Europea.
Poner en cuestión a estas alturas que, en la Unión Europea no se tiene ni idea de agricultura y ganadería es cuando menos bastante dudoso.

Se conocen los problemas, puede que no todos, puede que las soluciones no sean las idóneas y que la PAC tenga que ser objeto de reformas.

Hoy se pueden conocer las subvenciones que con esa política reciben los/as agricultores/as y ganaderos/as. También se conocen las deducciones fiscales que, en renta, pueden beneficiar al sector agrícola y ganadero, 35% en el gasóleo, 15% en fertilizantes, otras reducciones por adquisición de piensos, energía eléctrica para regadíos.

No se pretende ningunear los problemas de la agricultura y ganadería y en general del mundo rural, pero de eso a que parezca que nadie se preocupa por su situación y que no se implementan ayudas con las que se intentan paliar esos problemas, no tiene nada que ver con la realidad.

Conviene por tanto reflexionar, ver que se puede hacer, modificar lo que este mal, pero no se puede pensar que la Política Agraria Común no sirve para nada, es más la PAC es la niña bonita de Europa, al menos presupuestariamente.

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