Interesadas por conocer cómo era nuestro pueblo años atrás, cómo lo vivieron nuestros mayores, a qué se dedicaban, qué es lo que había… en comparación a cómo lo hemos conocido y vivido nosotras, quisimos comenzar este proyecto.

‘Recuerdos y aprendizaje’ comenzó el año pasado gracias al programa ‘Made in rural’ de Jóvenes Dinamizadores Rurales, quienes nos seleccionaron el proyecto y pudimos llevarlo a la realidad.

En 2023, nos volvimos a presentar y volvimos a ser seleccionadas para continuar con él, aunque son muchas las ediciones que nos harían falta para plasmar toda la información que hemos ido obteniendo y todos los oficios que existieron.

La idea principal fue recoger todas las historias que nuestros abuelos y abuelas nos han ido contando toda la vida y que recordamos con nostalgia y muchísimo cariño, a la vez que vamos recabando más información de las personas mayores del pueblo que todavía están aquí y que tienen tanto que enseñar.

La forma de plasmar esta información, quisimos hacerla de un modo más práctico y visual, que llamara la atención y a la participación de las personas más jóvenes que somos quienes tenemos que aprenderla, conociendo la historia de nuestro pueblo, la cultura de nuestro territorio y promoviendo la movilización artística en el entorno rural que tan importante es.

Como innovación, quisimos añadir un elemento de mejora respecto a los resultados obtenidos durante la anterior edición, que es la transmisión de la información, ya no solo a través de un canal escrito, que son las placas explicativas, sino a través también de un canal oral, para que sea más accesible tanto a las personas mayores con problemas de visión, como para todas aquellas personas con alguna discapacidad visual.

Esta edición hemos realizado de momento tres murales: telefonista, cartero y agramadores, a los que se suman los de la edición pasada: herrero, alpargatero, partera y dulero.

El broche final quisimos que fuese el oficio del ‘chocolatero’. Creemos que es algo muy importante puesto que no en todos los pueblos había una fábrica de chocolate, y es algo a destacar.

También estuvimos investigando mucho sobre el tema, y nos hicimos con un documental que se publicó en el año 2003, dirigido por Eugenio Monesma.

Estamos muy contentas de poder haber llevado a la realidad este proyecto. Para nosotras ha sido muy enriquecedor el conocer más sobre toda la historia de nuestro pueblo y poder desarrollar un proyecto que implicase tanto a las personas mayores recogiendo sus historias y testimonios, como a las personas más jóvenes para enseñarles y hacerles partícipes.

De todos los comentarios que recibimos en cada mural, que no son pocos y de todas las maneras, siempre te quedas con las palabras de agradecimiento. Especialmente con aquellas que vienen acompañadas de mucha emoción: “A partir de ahora cada vez que paso por esta calle me acuerdo de Juan, el cartero”, “este me emociona especialmente, por mi abuela” …

Y es que eran muchas las historias que nos repetían una y otra vez nuestros abuelos y abuelas; quizás antes no le diéramos el valor que tenían, pero ojalá ahora pudiéramos volver a escucharlas. Siempre orgullosas de nuestras raíces

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