Un grupo de bomberos forestales, trabajadores de la Brigada de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF) de Daroca, ha denunciado tener que someterse a unas pruebas médicas y físicas “excluyentes” anualmente.
“El año pasado ya apuntamos que se nos realizan pruebas en las que se nos examina nuestra condición física para evaluar si somos aptos para el desarrollo de nuestras funciones”, recuerdan. Son unas pruebas recurrentes en el colectivo de bomberos forestales español, sin embargo, denuncian que a estas se suma otra prueba física “llamada por todos los que participamos en los dispositivos de incendios como la de la mochila o pack-test”, que consiste en realizar 4.800 metros con 20 kilos en una mochila en menos de 45 minutos.
El grupo de bomberos de la BRIF ha denunciado en una nota de prensa que se les trate todos los años como “si fuésemos juguetes de usar y tirar”, describen. “Seguimos igual, si no pasamos las pruebas médicas o físicas, posiblemente acabemos en la calle”, lamentan.
Según los trabajadores, cada año se hacen las mismas preguntas: “¿Cómo es posible que después de una vida apagando incendios forestales, con la carga física y mental que esto conlleva, nos quedemos en la calle?, ¿no sería más lógico que las mutuas laborales se encargasen de las personas no aptas como una baja laboral más, sin que esto conllevase el despido?”, se cuestionan. A lo que añaden si “la clase política va a seguir haciéndose fotos en verano para parecer que les importamos y después olvidarse de nosotros el resto de año”.
Además, desde la BRIF señalan que durante el año cuentan con un preparador físico que garantiza que los miembros del dispositivo estén en óptimas condiciones para desarrollar las labores contra el fuego, haciendo preparación física todas las semanas e incluso examinando el estado físico con una prueba de esfuerzo cada tres meses. Es por ello que cuestionan la necesidad de tener unas pruebas “excluyentes”.
Asimismo hacen referencia a que su trabajo no se limita a la época de verano.
Por último, insisten en su hartazgo por “ser el único servicio de España que anualmente tenga unas pruebas excluyentes”. Consideran que son “un despropósito” y añaden que quieren dejar de ser considerados “animales de carga” o que se piense “que no puedo llegar a una determinada edad en mi trabajo”, apuntan.

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