Recientemente, hemos disfrutado de unos días festivos por la celebración de la Semana Santa, una ocasión reverenciada por algunos, considerada una tradición arraigada por otros y admirada como folclore por muchos más. Los eventos que se desarrollan en la región del Bajo Aragón no tienen nada que envidiar a los celebrados en Andalucía. Las impresionantes procesiones, así como los festivales culturales y religiosos, son vividos con auténtico entusiasmo y dedicación por multitud de personas. Estas manifestaciones tan profundas y significativas contrastan con la ausencia de eventos similares en nuestras propias comarcas. En nuestra zona no llevamos a cabo prácticas como el canto de jotas o saetas en honor a los santos. Lamentablemente, nuestras procesiones enfrentan el riesgo de desaparecer, ya que muchas de nuestras hermandades luchan por reunirse año tras año para simplemente desfilar con sus imágenes. La imposición de una religiosidad marcada desde la época de la dictadura ha ido evolucionando paulatinamente a lo largo de los años, y muchos de los líderes de estas tradiciones se están haciendo mayores sin encontrar un relevo generacional. La continuidad de estas celebraciones está en peligro debido a la falta de participación y compromiso por parte de las nuevas generaciones. Es importante saber vender nuestros días de Semana Santa tal y como son, sobrios y recogidos en silencio, a la par que escuetos y rápidos en su celebración. En poco menos de una hora se han visto concluidas muchas de las procesiones en diversas localidades, un tiempo que incluso resulta excesivo para alguno de los participantes. Es un poco triste ver cómo alguna localidad ha pedido colaboración para poder sacar a los santos a la calle porque no hay una cofradía en activo que lo lleve a cabo, pero la evolución de la sociedad nos ha llevado a esto y con la pandemia se ha visto acelerado todavía más. Algunos han descubierto que en estos días se puede aprovechar para viajar o vivir otras experiencias, mientras otros llevan al santo. Esto supone dejar perder tradiciones y muestra cultura. Poco se puede hacer que no se haya realizado ya para poder enganchar a las nuevas generaciones, cuando innovar en este sentido es complicado y cuando todas las miradas se van para otros territorios de la comunidad autónoma e incluso fuera de ella.

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