Se ha puesto de moda el narcisismo, dese hace mucho tiempo estudiado por especialistas de la psiquiatría y la psicología, ahora muy manido y confundido con la toxicidad en muchas relaciones interpersonales. El D.R.A.E lo describe como: Excesiva complacencia en la consideración de las propias facultades u obras.

Se trata de una patología difícilmente curable, los psicólogos aborrecen tratar a estas personalidades, puesto que son incapaces de reconocer sus errores, sus problemas que normalmente vienen acompañados de adicciones (el poder es una de ellas); son incapaces de pedir perdón puesto que en su fuero interno no son responsables de ningún mal, es más, sus males siempre son culpa de otros a los que difaman y destruyen cuando estos no ceden (mantienen el tipo) o los desenmascaran. Se caracterizan porque confunden, engañan (con el silencio, con las verdades a medias o con un día si quiero y al siguiente todo lo contrario), triangulan introduciendo a terceros en las relaciones, Pedro usa a independentistas de uno y otro lado para ponernos los cuernos.

A su vez, lo deberíamos distinguir de lo que el catedrático Josep María Esquirol viene a asimilar al amor propio, a la resistencia del ser humano, y así dice: A este mantener el tipo la tradición socrática lo llama cuidado del alma o cuidado de sí, distinguiéndolo nítidamente de cualquier tipo de narcisismo. La resistencia solo sería narcisista si permaneciese totalmente centrada en el yo, pero el cuidado por el otro es inherente a la resistencia. “La resistencia intima”. Pág. 90. Pedro se cuida, no nos cuida.

Pedro esta triste, ¿qué le pasará a Pedro? Pedro y la última gilipollez, pataleta de niño mal criado, y “poco hombre de estado”, se ha revelado en su propia victimización, se ha encerrado como cual adolescente en su habitación, esperando que los papis lo eleven a los altares y le convenzan que sin él no hay nada, que es necesario, que España más que nunca lo necesita. Sal de la habitación porque sin ti no somos nada le dice el comité ejecutivo de su partido (en las conductas narcisistas a los peones de la manipulación se les denominan monosvoladores). Su baja autoestima necesita rellenarse de la adoración de los demás, de la validación como seres normales y no encubiertos de la patología descrita.

Vacíos, vacuos y con heridas de rechazo no curadas, son autocomplacientes, arrogantes, tienen que llamar la atención en cualquier tipo de relación. Pedro está en la fase de manipulación de la ciudadanía y la justicia, y en un bombardeo de amor hacia su esposa (nos sobran sus intimidades), por ti una misa Bego, por ti una dimisión. No dimitirá.

Ni en este puente de sus ejercicios espirituales nos deja en paz, ya se encargan sus vasallos de proclamar la herida de Pedro. Pedro como buen narcisista no sabe querer, pero se deja querer. Lo quiere hasta la oposición que ha caído en su red, en la red de darle coba, cuando lo único que entienden es la indiferencia y el No, el contacto cero. Con lo feliz y bonito que hubiera sido este fin de semana con el Presidente de vacaciones y la oposición y los medios guardando su dolor en silencio. Déjenlo tranquilo y déjennos tranquilos, dimitir no dimitirá, así que el lunes resurgirá. No nos aburran o acaso creen que significamos algo para él. Espejito espejito, ¿quién es el más guapo y más listo?

La única palabra que entienden estas personalidades es el NO, ante el no huyen buscando otra víctima, y cuando ya nadie les cree, colapsan, unos cuantos no te creemos, no nos sirven tus cartas ni tu canción desesperada, no eres víctima de nada ni de nadie, y ciertos avatares del sistema de partidos y del estado de derecho lo llevas en el sueldo, sal Pedro, disfruta de la primavera, y trabaja, que te has cogido cuatro días por todo el morro.
Sábado, 27 de abril de 2024.

Teatro, lo tuyo es puro teatro. Falsedad bien ensayada. Estudiado simulacro.
Lunes, 29 de abril de 2024.

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