En nuestros hogares siempre ha estado muy presente eso que ahora está tan de moda, que se ha llamado reciclaje y que ahora se define como economía circular, es decir, aprovechar al máximo los recursos que se tienen a nuestro alrededor. Por ello, es necesario aprender de todos nuestros mayores y darle una nueva vida a los objetos que cada día nos rodean: recuperar y transformar viejos utensilios que parecían inservibles en objetos valiosos. Nos preguntamos si la agenda 2030 o los objetivos de desarrollo sostenible, que tanto escuchamos a diario, es una base con fundamento para impulsar esta cultura del reciclaje y el ahorro, o realmente se aproxima más a una técnica de marketing para seguir vendiendo y comprando. Nos encontramos en un corredor que vertebra el río Jiloca, que riega de agua y otros nutrientes a nuestras comarcas, pero ¿realmente se ha conseguido innovar en cultivos en estos 40 años? Podemos decir que en algunas zonas sí y en otras no, cultivos como la lenteja o las manzanas de altura son altamente valorados.Todo ello sin dejar de lado las viñas que hace unos años obligaron a arrancar. Nuestros antepasados realizaban una economía de supervivencia, manejaban perfectamente el reloj lunar y santoral para poder cultivar y plantar diferentes variedades que alimentaban al ganado, y posteriormente a las personas. Llevar a cabo un consumo responsable está en nuestras manos y será la clave para las generaciones futuras. La búsqueda de alianzas entre nuestros vecinos nos hará ser un motor de desarrrollo imparables. El hecho de interesarnos por las actividades o problemáticas que tienen, no solo llena de vida nuestras calles si no que genera riqueza en el territorio. Todos estos son algunos de los objetivos que nos marca la organización de las Naciones Unidas para todo el mundo. Algo por lo que trabajar día a día para tener un planeta mejor donde nuestros hijos puedan desarrrollarse y crecer sin diferencias, tanto si crecen en la cuenca del Jiloca, como en la del Jalón o en la del Ebro.

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