La enseñanza de calidad y reglada en Daroca se remonta al siglo XII, cuando ya existió un centro de formación dependiente de la parroquia de Santa María, si bien es cierto, era para aquellos jóvenes que aspiraban a una carrera eclesiástica.
Hubo que esperar hasta principios del siglo XIV para que hubiese en Daroca un Centro de Enseñanza al margen de la iglesia, autorizado por el rey Jaime II, que comenzó llamándose Studium y posteriormente Studium Artibus. Existe constancia de este centro de enseñanza, al menos desde 1311, en donde se impartían enseñanzas de todas las Artes y de Filosofía, Lógica y Naturaleza, siendo considerado en su época un centro muy desarrollado sin llegar a ser una institución puramente universitaria. Aunque dependiente de la autoridad real, este Studium era costeado por la Comunidad de Aldeas de Daroca, que generalmente pagaba a los maestros con trigo.
Apenas llevaba cinco décadas funcionando cuando el edificio que albergaba el Studium fue destruido durante uno de los ataques castellanos en la tantas veces mencionada “Guerra de los dos Pedros”.
Sin embargo volvió a resurgir cuando el 28 de agosto de 1381 el rey de Aragón, Pedro IV ‘el Ceremonioso’ autorizó a la Ciudad de Daroca para que volviese a instalarlo y que comenzasen las clases cuanto antes.
El Concejo indicaba entonces la necesidad de buscar un edificio o un lugar para construirlo, a la mayor brevedad, para que esa prestigiosa escuela volviese a estar en funcionamiento, y finalmente se reabrió en un edificio nuevo en la plaza de Santo Domingo, pese al empeño de Zaragoza en boicotearlo, aunque con una nueva denominación Estudio General o Estudio de Artes.
En este nuevo Estudio General se instruía a jóvenes en Artes, Lógica, Naturaleza y Gramática, por lo que en algunos textos es también denominado Escuela de Gramática. Tenía este Centro cierta vinculación al arzobispado de Zaragoza, sin embargo, como ya se ha dicho, era la Comunidad de Aldeas la que aportaba los sueldos a los maestros, que los hubo muy prestigiosos como el mismísimo Pedro Sánchez Ciruelo, a quien el Concejo llegó a ofrecer, a principios del siglo XVI, importantes sumas para que se quedase en Daroca dirigiendo el Estudio, época en la que llegó a haber trescientos alumnos, mayoritariamente de la propia ciudad y de sus aldeas, pero también de las comunidades de Teruel y Calatayud y del reino de Castilla.
Siguió funcionando con éxito hasta que en 1583 se fundó la Universidad de Zaragoza y en 1619 el Colegio-Seminario de Gramática en Daroca ambos perjudicaron bastante al Estudio hasta hacerlo desaparecer.
Por esos y otros motivos, en el siglo XVII el centro comenzó a decaer aumentado si cabe por una larga época de malas cosechas, epidemias, o la expulsión definitiva de los moriscos. También influyó la institución de centros de educación, principalmente eclesiásticos, en otros lugares, como el Colegio Aragón, en Alcalá de Henares, fundado por el darocense Martín Terrer de Valenzuela con el loable propósito de becar a jóvenes aragoneses para estudiar Teología.
También muy cerca de Daroca, en Villanueva de Jiloca, se creó un colegio-seminario bajo la advocación de San Juan Bautista. Su fundador, en 1619, fue el canónigo de la Colegiata de Daroca Pascual Domingo, natural de esta villa de la Comunidad, dotado además con una importante renta anual. Este colegio funcionó de manera ejemplar hasta 1729, un año después de la llegada a Daroca de las Escuelas Pías.
Pero el caso de Villanueva no fue el único. Aunque quizá de menor enjundia se crearon escuelas en Moyuela, Villarroya, Orcajo, Villarreal, Encinacorba, Cariñena, Odón, Paniza, Herrera de los Navarros o Atea.