EL TULIPÁN NEGRO

Sorprende el caso de Puigdemont y otros que se marcharon después
de cometer ilegalidades y delitos varios.
Desde luego, si cualquier ciudadano/a hubiera cometido delitos
de robo, hurto, rebelión, sedición armada o no, terrorismo etc., en
fin, hubiera hecho algo ilegal en España y hubiera huido a Bélgica,
hubiera sido entregado, extraditado o como se quiera llamar a la
Justicia Española casi de forma inmediata, eso sí, una vez detenido.
El caso es que estos huidos de la Justicia Española no hicieron
nada sin pensar.
Porque si los “fugados” conocían la orden de extradición o entrega,
¿por qué se marcharon a un país europeo? Si tal orden de
detención se va a cumplir y acabarán entregados a la Justicia Española.
Ojo, que llevan ya muchos años y esto no se ha conseguido.
Algo falla o ha fallado.
Se utilizaron por los fugados algunas tácticas.
Se van a un país en el que el Estado al que se solicita la entrega no
proceda de manera inmediata o automática a entregarlo porque
ha de valorar la procedencia o no a acceder a lo solicitado.
Bélgica como España es un país complejo, donde también tienen
sus tensiones o problemas nacionalistas e independentistas y una
parte de su Gobierno simpatiza o simpatizaba con la causa independentista
catalana, motivo más que suficiente para que los fugados
fijen su residencia allí. Dicen que Puigdemont se relaciona con
la administración de Justicia en el idioma flamenco.
En ese idioma ha realizado ruedas de prensa denunciando la falta
de libertad en Cataluña (yo no veo esa falta, pero es que además
los catalanes no lo consentirían), y es que, según los fugados, España
se dedica a violar los derechos de la gente, los encuentros con
los Alcaldes (recuerden la reunión de los de la Vara de Mando), y
es que según ellos, los fugados, en España no hay justicia, los jueces
están dirigidos por el gobierno e infringiendo derechos humanos
actúan teledirigidos, contra ellos.
Nada más lejos de la realidad.
Como estrategia, los fugados han ganado de todas todas a los
poderes del Estado Español, algo estaremos haciendo mal.
Rocambolescas ha sido también sus detenciones en otros países
de la Unión Europea, Alemania o Italia, que tanto juego dieron en
los noticieros españoles, que si lo van a entregar, que si goza o no
de inmunidad etc., al final no hubo entrega alguna.
De momento los fugados están tranquilos y, ahora más, la Ley
de Normalización o de amnistía ya está, igual exigen una alfombra
roja cuando vengan.
En fin, lo que no se puede-debe admitir es que los fugados puedan
refugiarse, porque ocultarse no se han ocultado, durante tantos
años en un país o territorio “aliado”, que en definitiva ha de contar
con los mismos valores democráticos y las mismas garantías de las
que gozamos en España, donde hoy por hoy la libertad existe.

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