Parece que el boom de las reivindicaciones en torno al 25 de noviembre se va desinflando poco a poco. Algo que comenzó de manera limpia y espontánea naciendo del impulso natural de una parte de la población, ha llegado a ser motivo de disputa entre unos partidos y otros, consiguiendo corromper a políticos e incluso al hemiciclo entero. La realidad es que si no fuera por estas reivindicaciones, muchos de los avances que hacen que la mujer no sea diferente al hombre a la hora de alcanzar ciertas metas, no se habrían conseguido. Es gracias a estos movimientos lo que conlleva esta tendencia a ser cada día más iguales. Pero el camino es arduo y aún falta mucho por recorrer. Día a día seguimos viendo a nuestro alrededor numerosos ejemplos, sobre todo en personas mayores, donde cuesta explicar el significado de este día y lo que supone para la sociedad.
También hay localidades con población joven, donde cada vez es menor el número de personas que asiste a los actos que se organizan, bien por considerarlos “políticos” o bien por describirlos como inútiles, además de estar planificados a horas intempestivas. La politización de este movimiento es lo que hace que cada vez se disgregue más, cada colectivo organiza su evento a la medida que considera oportuna en su propia sede, favoreciendo la no coordinación entre las diferentes organizaciones.
Al principio una única institución desempeñaba el papel de coordinadora con los ayuntamientos, la comarca correspondiente y con los centros educativos, para diseñar un acto entre todos. Todo ello junto con la tendencia creciente de mentalidades que miran más hacia el pasado que hacia el futuro hacen que todo lo conseguido con esta lucha comience a peligrar. Las ingentes cantidades de dinero enviadas desde el gobierno de España junto a las de las instituciones más cercanas han sido en muchas ocasiones despilfarrradas en actos sin sentido, ni programación, ni estudio previo de las necesidades de la población. Únicamente el motivo de realizar dichos actos era para justificar las ayudas recibidas a fondo perdido. Cuando estos fondos se han ido diluyendo las revindicaciones se han ido desinflando.