Desactivación

Abr 25, 2025

EL TULIPÁN NEGRO

No hay ninguna duda, el proceso independentista de Cataluña del 1 de octubre de 2017, está desactivado.

Sí desactivado pero no olvidado. No lo olvidan los independentistas. No lo olvidan los nacionalistas españoles.

Al menos la vida económica en Cataluña parece que vuelve a la normalidad.

Vuelven aquellas empresas y Bancos, que ante la amenaza de una deriva independentista cambiaron el domicilio fiscal de sus empresas y se fueron a otras ciudades de España.

El mercado, las inversiones, el futuro de las empresas y bancos pasa por tener algún tipo de seguridad jurídica y fiscal, algo que no ocurría en el 2017, con broncas y agitaciones, sin duda, más de las debidas.

Es cierto también que aquellos que quisieron romper las reglas del juego democrático y legal y, por lo tanto, cometieron faltas y delitos, algunos muy graves, han sido perdonados, por esa ley, denominada Ley Orgánica 1/2024, de 10 de junio, de amnistía para la normalización institucional, política y social en Cataluña.

Su objeto no fue otro que extinguir la responsabilidad penal, administrativa y contable y fueron muchos los beneficiados, no sólo esos que todos nos imaginamos, Puigdemont, los Jordís y otros.
Que Cataluña es, ha sido y será puntera en el desarrollo económico, social y cultural de la nación española está fuera de toda duda, tanto por méritos propios de los catalanes, como por su situación geográfica e inversiones allí realizadas.

Lo raro es que unos dirigentes se embarcaran en una proclama y soflama independentista, cuando los catalanes están considerados, en general, por todos los españoles como gente de primera, sin supremacismos, que a mí no me gustan.

Hoy tienen un presidente del Partido Socialista Catalán, el Sr. ILLA, lo pongo con mayúsculas, porque me parece un hombre respetable que, además, a mi juicio, gestionó bien, muy bien, la pandemia del COVID-19.

Aquellos a los que se les han perdonado los delitos y faltas cometidas, deberían estar muy agradecidos, pero no parece que vayan a dar su brazo a torcer, siguen “chantajeando”, en la medida que pueden, al ejecutivo central.

Ahora que las empresas que cambiaron su domicilio fiscal, lo vuelven a tener en Cataluña, se les ocurre a algunos dirigentes como Jordi Turrull, manifestar que “está bien que vuelvan y reconozcan su error”.

Este señor debería empezar por reconocer sus errores y manifestar su agradecimiento, quien comete delitos es un delincuente y si se le perdonan sus delitos, lo único que debe hacer es mostrar agradecimiento.

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