Hoy la columna, balcón abierto a todos, abre su puerta a Paquito Tío Raba, quien el pasado San Roque allá en el Barrio de las Escuelas donde nacimos me entregó varios escritos y un puñado de viejas fotografías. Pasaba a verme mientras hacía la comida y charrábamos. Ídolo de la calle de nuestra infancia, fútbol, música y chicas, nos enseñó entre otras muchas cosas que los roqueros también lloran. Ahora es él, sentado en la mesa de la cocina entre papeles, quien se mira en mí mientras suena en Radio Calamocha «Still Loving You» de Scorpions. Son instantes que no tienen precio. ¡Cuánto talento aflora de un tiempo a esta parte entre la calle Ingenio y la Poza, centro mismo del Rabal, y cuánto no dejará de haber por el Peirón! Animar de nuevo a escribir, recordar y finalmente compartir a contar en definitiva unas vidas que se nos escapan de las manos como si al nacer volviésemos de la fuente del bosque con un cesto arrobero lleno de agua. Dice así:
“Corría el año 1966 y comenzaba la vida y andadura de un niño como los nacidos en 1961. Fui allí a párvulos en la Fonda Lacruz con la maestra doña Amparito donde la foto del teléfono, la pluma y el libro era la foto escolar, nos llevaban al recreo a la explanada donde se hizo el instituto Valle del Jiloca. Luego pasé a las escuelas donde actualmente está el Criet, allí conocí a mis maestros y maestras, María Pilar Guallarte, Pedro, Jesús, Alejandro, Vicente y Conchita de 1º a 7º de EGB, mis amigos de infancia, Manuel, Miguel y Miguelin. Los juegos, las canicas, la gayola, el escondite, el churro, el cinto o el fútbol, las guerras con el barrio bajo y luego la rivalidad futbolística. A Teruel a estudiar con los frailes en San Nicolás de Bari, interno, solo salíamos o de excursión a Fuente Cerrada o al campo de fútbol, actual Pinilla de recogepelotas para los Edo, Cholla, Guitarte, Utrillas, etc.


Vinieron las peñas a ver quién las engalanaba mejor y tener la música más actual, Los Piratas, La Quiticlera, luego Los Wins con Fermin, Mariano (DEP) Carlos, Maria Jesús, Maria José, Nieves, Mamen. Mis mejores amigos. Fiestas de los pueblos, toda la comarca, para no dejarme ninguno fuera. Pilares y el Ángel, las zonas de Zaragoza, el Tubo, ZumalaKarregui, el Bandido, Plaza San Francisco, el Rollo y Teruel la zona, el Tarkus, Bandido, York.


Aquí en Calamocha, discoteca Las Vegas, Albónica, Pub Calamocha, Teo, Nebraska. Tus grupos musicales, los amigos, la vestimenta igual o parecida, las chupas vaqueras, los pantalones Lois, Cimarrón, Levis o los cueros más macarrillas tipo Travolta.
En el taller mecánico, a los aprendices se les llamaba pinches, arreglos de neumáticos, cambios de aceite, engrasado de camiones y lavado de coches. Así se pasaban las semanas hasta también sentirme orgulloso de formar parte del primer equipo juvenil del FC Calamocha. Sirve este escrito para muchos que con trabajos y estudios distintos, jóvenes que nacimos entre 1955 y 1965, es casi un calco en mayor o menor medida de nuestra vida en este rincón de la comarca del Jiloca y mi Calamocha querida”.
Paco Royo. Verano del 2022

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