La solidaridad es algo que nos caracteriza a las personas, quizá esta forma de ayudar nos ha sido inculcada generación tras generación debido a las vivencias de nuestros antepasados. Existe una tendencia natural a ayudar a las personas cercanas que están sufriendo, independientemente del motivo que sea. Desde que se desató la guerra entre Rusia y Ucrania, el mundo se puso en marcha y comenzó a enviar ayuda hacia allí en forma de ropa o alimentos. Desde pequeñas organizaciones, empresas o particulares se han realizado campañas para aunar esfuerzos y reunir desde medicamentos hasta productos de higiene. También se ha podido ver cómo personas a título individual organizan viajes para poder traer refugiados. La palabra refugiado define a las personas que huyen de un conflicto o persecución y que temen por su vida. Por el hecho de ser refugiados, estas personas tienen unos derechos, amparados internacionalmente. Tienen derecho a no ser devueltos al lugar de donde huyen o a tener un asilo justo. Todo aquel que quiere ayudar a refugiados, en su mayoría mujeres y niños, acogiéndolos en su país, debe cumplir con el deber de la manutención y el asilo que van a necesitar estas personas, entre otras muchas cosas. No se trata de un mero trámite, estas personas necesitan acompañamiento y acogida por parte del resto de personas donde vayan a vivir, ya que han huido dejando una vida entera atrás. Hay que tener en cuenta la forma de ser solidarios, para conocer y analizar las consecuencias que pueden tener para esas personas, buscando siempre la mejor fórmula para ayudar. Pese a la gran solidaridad que nos caracteriza, siempre hay quién se aprovecha de la situación para sacar beneficio propio, en este caso utilizando el sufrimiento de los ucranianos. Es muy importante ser conscientes a quién le entregamos nuestra ayuda porque en ningún caso una entidad solicitará casa por casa nuestros datos personales o dinero en efectivo. Ahora más que nunca nos toca realizar un esfuerzo extra para poder acoger y ayudar a nuestros vecinos ucranianos ante esta difícil y lamentable situación por la que las comarcas Jiloca y Daroca sabrán sacar lo mejor de nosotros.