Sin casi darnos cuenta nos encontramos inmersos en las fiestas patronales de nuestros pueblos. Son muchas las localidades que se visten de gala para que los “agosteros” nos visiten y se relajen en el pueblo en el que pasan sus días de desconexión. Estos días no serían lo mismo sin una charanga, un chupinazo o sin las peñas. Estos lugares de encuentro que logran unir a todo un grupo de personas durante los días más esperados del año. Momentos de reencuentros y de convivencia donde hay tiempo para todo y para todos. En unas fiestas patronales no pueden faltar tampoco los temidos cabezudos o la particular ranchada, ni por supuesto los disfraces.
Son momentos de dejar atrás la rutina de trabajo o estudio. Todos estos actos no serían posible, en la mayoría de localidades, sin la labor de los voluntarios. Personas desinteresadas y altruistas que dedican su tiempo, y en muchas ocasiones su dinero, para sacar adelante los días festivos en cualquier pueblo o barrio por pequeño que sea. Numerosos momentos de sacrificio y de solicitudes para que todos lo podamos disfrutar. Por ello es momento de agradecer, tener un poco de paciencia si la organización no satisface las expectativas de cada uno o si te toca esperar un poco más para comerte tu plato de paella. Desde los más jóvenes hasta los más mayores debemos colaborar en sacar adelante las fiestas de nuestro pueblo. Tener unas fiestas dignas es un atractivo más para poder atraer visitantes y pasarlo en grande.
Dejemos atrás los problemas políticos, culturales y económicos y salgamos a vibrar en las calles, a disfrutar con nuestros familiares y amigos y a convivir con todos. Ojalá pudiéramos tener nuestros municipios con toda la actividad que tienen durante el mes de agosto. Seguro que tendríamos mejores servicios y mejores comunicaciones. Aunque a veces para que todo funcione, solamente hay que des-conectar. Para volver a conectar con todos en un entorno rural, abierto, acogedor e integrador de todos. Invita estas fiestas a tu amigo/a de la ciudad, atráelo para que conozca las peñas, las tradiciones y el rico patrimonio que tenemos en las comarcas de Daroca y del Jiloca. Seguro que repite año tras año. Desde el equipo de El Molino Audiovisual y El Comarcal del Jiloca: ¡felices fiestas!