Estimados vecinos del Jiloca y del Campo de Daroca, las estadísticas que voy a exponer en este número “mentirán” o “no”…. Pero, dejadme anticipar que da gusto disfrutar del verano con nuestros municipios que rebosan vida en términos generales. Es un momento que invita a pasar con tus vecinos o vecinas a la fresca, ir a la piscina o a pasear; en el que muchos vecinos que, por unas circunstancias u otras viven y/o trabajan fuera de nuestras comarcas nos acompañan especialmente en época estival. Dan vida, gracias en gran medida a los abuelos, a los familiares o a disponer de casa donde ir. Momentos que a muchos nos podrá evocar nuestra niñez o adolescencia en la que venían nuestros amigos, que nos permitía salir del bucle lectivo y disfrutábamos todos juntos.
¿Qué tiene que ver este sencillo y resumido prólogo con las estadísticas del IAEST? Un hecho que implica pertenencia a un municipio, a ser vecino de hecho y derecho todo el año; o bien a los que habitan fuera, a retornar a sus orígenes, la necesidad de ir “a dar vuelta” entre otras razones. Pues bien, la relación directa o indirecta es la propiedad familiar o propia de una vivienda.
Nuevamente, los datos arrojan unas cuantías un tanto obsoletas de 2011, aunque sería interesante tener una valoración actual para poder interpretar si estas estadísticas son reales, o en cierto modo, “mienten” como el censo.
En la Comarca Campo de Daroca, a la citada fecha, nos encontramos con 6.691 viviendas de las cuales 2.749 son principales (y convencionales, no hace referencia a alojamientos) y 3.942 son no principales, repartidas en secundarias con 3.214 viviendas y 728 vacías. A priori, es un dato cuestionable habida cuenta la población según censo en 2011, 6.202 habitantes siendo la relación de 2,26 habitantes por vivienda principal. Nueva correlación con las formas de convivencia de las personas de 16 a 64 años (cuyos datos también son de 2011), en el que solo el 13,88% vivían solos, con su pareja e hijos ascendía al 31,41%. Y dos datos más, existen más viviendas secundarias que primarias, un dato a priori, desalentador y que, en 2011, ya había más viviendas en total que habitantes.
En 2011 en la Comarca de Daroca, las viviendas principales eran en propiedad en un 77,51%; de las cuales el 40,83% estaban pagadas, el 11,32% con hipoteca y el 25,36% por herencia o donación. Solamente un 6,04% eran de alquiler y un 6,26% cedidas gratis o a bajo precio y, finalmente, “otra forma” sería el 10,19%. Como decía, de viviendas secundarias no hay datos.
Si la venta de viviendas es escasa al mismo tiempo como en alquiler, existe un problema de base importante; difícilmente crecerá la población y la construcción de viviendas (111 licencias de obras en la comarca para obra de nueva planta desde 2006).
La Comarca del Jiloca dobla prácticamente al Campo de Daroca. En 2011, con 12.440 viviendas, 5.582 principales, 6.858 no principales repartidas entre secundarias 5.156 y 1.702 vacías. Existen más viviendas no principales que principales, y casi más secundarias que principales. Hay más viviendas vacías proporcionalmente en el Jiloca que en la vecina darocense.
Si en 2011 había 13.591 vecinos en el censo de población; cuya relación con las 5.582 viviendas principales arroja una media de 2,43 habitantes por vivienda; un dato similar a la comarca vecina. Misma correlación a tratar con el Jiloca; las formas de convivencia de las personas de 16 a 64 años, en el que solo el 8,28% vivían solos, con su pareja e hijos ascendía al 40,78%, viven menos solos y más familias con hijos. Como en el Campo de Daroca, existen más viviendas secundarias que primarias si bien, en 2011, al menos no había más viviendas en total que habitantes.
En 2011 en el Jiloca, las viviendas principales en propiedad ascendían al 82,64%; pagadas en un 45,54%, el 16,86% con hipoteca y el 20,24% procedían de herencia o donación. Solamente un 8,04% están en alquiler y un 1,81% cedidas gratis o a bajo precio y, “otra forma” sería el 7,51%.
Un primer análisis de estos datos podría ser:
No cuadran los datos; por ello, desde el IAEST advierten que Los Censos de población y viviendas 2011, es una operación estadística de carácter muestral. En los municipios de menos de 2000 habitantes el error muestral puede ser elevado. Los censos de población y viviendas son operaciones estadísticas que se realizan cada 10 años. Han pasado 12 años y si la estadística tiene un error muestral elevador, difícilmente se pueden afinar las políticas públicas a través de estos datos estadísticos. Ahora bien, nuestros ediles (especialmente) de los municipios pequeños saben o acaban por saber la realidad de los datos sin error perceptible en la muestra.
La increíble cuantía de 2.430 viviendas vacías hace doce años, deviene un hecho que ayuda a entender cómo la despoblación cuya principal causa es la migración a otros municipios lejos de nuestras comarcas, la falta de nuestros abuelos y abuelas y, además, los hijos e hijas no viven en el territorio, por desgracia, se cierran puertas y cada día más.
Aunque hay datos de distribución de las viviendas principales según el régimen de tenencia; en propiedad, alquiler, cedida gratis o bajo precio u otras formas, me resulta de mayor interés las vacías. Si no es secundaria y se utiliza, y está vacía o sin uso, la principal razón es disponer de un banco de vivienda para venta a personas que quieran venir a vivir aquí, sea todo el año, por temporadas o los fines de semana.
Pero que estén vacías, perdiendo valor económico, emocional y para el propio municipio, resulta una estocada mortal de necesidad para la supervivencia de los mismos. Otros temas serán, fundamentalmente, si la vivienda tiene compra y el justiprecio. Pero si no se pone a la venta, difícilmente será vendible.
Si hay dificultad para comprar, así como para encontrar viviendas en alquiler, tenemos un problema. Y a riesgo de repetirme; son datos de 2011.
Por tanto, se trata de un reto ciertamente equiparable y con una importante correlación con la (invertida) pirámide de población de nuestras comarcas, la (escasa) población joven fuera de la ribera del Jiloca y los datos relacionados con el empleo. Estos datos tienen una gran utilidad para analizar la situación, diseñar y priorizar desde las administraciones las políticas públicas al respecto, con la necesaria e inestimable colaboración de empresarios, asociaciones y la sociedad civil a través de la participación ciudadana. Jiloca y Campo de Daroca son zonas viables para tener calidad de vida. Lugares donde vivir y disfrutar de la vida.