Con la llegada de diciembre entran en juego las ambiciosas campañas de consumismo y la creciente necesidad de regalar por el mero hecho de encontrarnos en estas fechas en concreto. A día de hoy existen varias tradiciones o motivos que impulsan a tener que hacer un regalo por Papá Noel, otro por Reyes y algún otro por hacer el amigo invisible entre los familiares y amigos. Todas ellas forman parte del sistema capitalista en el que nos encontramos, cuyo objetivo es consumir y gastar parte de nuestros ahorros o ingresos en regalos que muchas veces son prácticamente innecesarios o que van a acabar arrinconados en el fondo de un armario de casa. Estas “tradiciones” han sido impulsadas desde los diferentes gobiernos y empresas que estimulan a la sociedad para que relacionen la palabra “felicidad” con recibir regalos en estas fechas. Quizá esta solicitada felicidad se encuentra en las pequeñas cosas del día a día, o cuando en estas fechas nos volvemos a juntar con familiares y amigos que hace meses que no hemos visto. Quizá también se encuentre en disfrutar de los tuyos con pequeñas cosas tan sencillas como dar un paseo y comentar los pequeños cambios que se están llevando a cabo en la localidad o las anécdotas que nos ha dejado la verbena el día anterior. Por no hacer mención a las copiosas comidas y cenas navideñas donde parece que el fin del mundo está por llegar al no parar de salir un plato detrás de otro en estas comilonas que tanto nos cuesta digerir. Aunque el derroche de comida y bebida en estos días es exagerado y dado que estas tradiciones ya están totalmente implantadas y aceptadas, la mejor forma que tenemos para consumir está en nuestros vecinos de aquí al lado, en el pequeño comercio que da vida a nuestros pueblos.

Casi seguro que tenemos todo lo que necesitamos para estos días, pero debemos reconocer que no al mismo precio que una gran cadena de alimentación, debido principalmente a la dificultad de mantener una puerta abierta al público en nuestros pueblos. En muchas ocasiones es una cuestión de equilibrios financieros y de recibir a los clientes de siempre. Muchos de nuestros comercios de cercanía obtienen una buena parte de sus ingresos en estas fechas y en las ansiadas rebajas de enero. Esperamos que este año 2024 traiga nuevos propósitos a nuestros dirigentes y vecinos y llenemos de vida las calles de nuestros pueblos no solo en los meses de vacaciones si no durante otros muchos más fines de semana y festivos, tomando como excusa las reuniones de amigos para poder celebrar un cumpleaños o solo por la sencilla razón de volver a reunirnos. Confiemos en que la palabra elegida para 2023: polarización, no sea la más utilizada en este 2024. Un año en el que podamos ver concluidos los diferentes proyectos y captación de nuevos recursos e iniciativas para este futuro que acabamos de arrancar.

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