La actual presidenta del Centro de Estudios del Jiloca relevó en el cargo a José María Carreras, después de 15 años

El Centro de Estudios del Jiloca (CEJ) ha renovado su presidencia y es Mercedes Rubio Martín quien dirige desde el mes de mayo esta entidad. Licenciada en Historia, es natural de Castejón de Tornos y ha vivido también en Calamocha. Ha estado vinculada desde su juventud con el Centro y destacan varias de sus investigaciones relacionadas con el valle del Jiloca.


-¿Qué balance hace de los primeros meses como presidenta?
-Han sido unos meses ilusionantes y con cierta responsabilidad por continuar con el trabajo que se ha ido realizando estos años, porque la verdad es que el CEJ tiene una trayectoria y cierto prestigio, así que intentando estar a la altura de los anteriores presidentes, tanto José María Carreras como José María de Jaime. Ha sido la evolución natural, el año pasado tocó renovar junta, volvimos a renovar los mismos cargos y continué como vicepresidenta. Y esta vez Carreras, que llevaba 15 años al frente, dijo que quería dar un paso atrás. Lo discutimos y llegamos a una especie de acuerdo en el que intercambiábamos los puestos, para enseñarme sobre la presidencia. En los otros dos cargos, que son secretaria y tesorero, continúan Pilar Edo y David Pardillos.


-¿Cada cuánto tiempo se renueva la junta directiva?
-La junta directiva se renueva cada cinco años, somos veinte miembros en total y se presentan los socios que quieren formar parte. Y dentro de esa junta se deciden los cargos. El cambio en la presidencia se decidió en la junta y, una vez acordado, se ratificó en la Asamblea General.
-¿Qué ha supuesto para usted convertirse en presidenta?
-Más o menos yo conocía el funcionamiento, pero es cierto que, hasta que no estás en el cargo propiamente dicho, no te das cuenta del trabajo y la dedicación que lleva. Es cierto que contamos con el resto de la junta que colaboran siempre y los técnicos que llevan el trabajo diario. Siempre hay que hacer cosas y estar ahí y Carreras ha representado al CEJ durante quince años muy bien, y por lo menos voy a intentar estar a la altura de cómo lo ha hecho él.
-Su vínculo con el Centro se remonta a su época de estudiante
-Desde mis tiempos de universitaria era socia, me parecía muy interesante viviendo en la comarca, así como para colaborar con nuestro territorio. Cuando terminé los estudios y volví aquí, el Centro me propuso colaborar con ellos y estuve un tiempo como técnico, dirigiendo varios proyectos. Después pasé a formar parte de la junta, de ahí a la vicepresidencia y ahora a la presidencia.


-¿Cuáles son las líneas de trabajo que quiere seguir en esta nueva etapa?
-Vamos a seguir con el camino marcado, estamos orgullosos del trabajo que se ha ido haciendo estos años, se ha estado trabajando muy bien, y el Centro de Estudios es un referente cultural tanto en la comarca como fuera de ella y queremos continuar con la misma línea, con las publicaciones de Xiloca y Cuadernos de Etnología, también con el certamen de Arte Lapayese, con el de literatura Miguel Artigas…; además de abrirnos a otros proyectos que puedan surgir.


-¿Hay previstos nuevos proyectos?
-Uno de los proyectos en los que estamos inmersos es la organización y catalogación de la biblioteca del CEJ, que ya de por sí tenía bastantes volúmenes, y hace un tiempo se nos hizo una donación de Manuel Gómez de Valenzuela, que era un diplomático e investigador de Historia y Arte que en los últimos años tuvo bastante relación con el CEJ, y cuando falleció nos donaron su biblioteca. También estamos renovando la página web, que es muy activa, pero hace años que se creó y necesitaba una puesta a punto. Se renovarán los contenidos y las fotografías. Siempre hemos tenido muy presente que no tiene sentido que se hagan investigaciones si se van a quedar guardadas en un armario, tienen que ver la luz de una manera u otra, a través de nuestras publicaciones o en la página web.


-Una novedad reciente fue la jornada sobre el aragonés celebrada en Calamocha
-Estamos muy contentos por la respuesta. Hemos contado con 23 ponencias y más de 50 asistentes, ha tenido una buena acogida. La conclusión es que tenemos un léxico relacionado con el aragonés muy rico y potente y, muchas veces, desconocido, se están haciendo muchos más trabajos de los que podemos imaginar en distintos pueblos. Ha sido un gusto ver a los expertos poner cosas en común, darse cuenta que tienen más cosas en común que diferencias y esperamos que de ese encuentro pueda salir algún trabajo en común, la verdad es que la gente tenía ganas y fue una jornada muy enriquecedora.

La jornada se centró en el aragonés del sur de la región, ¿cuál es su situación en la zona del Jiloca?
-Evidentemente somos un territorio de habla castellana, eso está claro. Hay gente que habla aragonés porque se ha preocupado por aprenderlo y estudiarlo, y sí que contamos con gente en la zona que lo habla. El CEJ siempre ha tenido cierta disposición con todo lo que tenga que ver con el aragonés y se organizaron cursos durante dos años. Pero lo que en estas jornadas se ha tratado es de ver el sustrato del aragonés histórico que queda en nuestra habla cotidiana porque no hablamos aragonés, sino castellano, pero usamos muchas palabras que, fuera de nuestro territorio, no saben qué término estás usando. Se trataba de recoger esas palabras porque están relacionadas con oficios y tradiciones que se están perdiendo, por ejemplo, con la economía agrícola y pastoril. Son palabras que, en el uso diario vamos a hablar un idioma más homogéneo, y corremos el riesgo de perderlas. Era conocerlas, saber cuáles son, dónde se usan, cuáles compartimos con el sur de Aragón, cuáles son localismos propios de la zona y hacer una recopilación.


-El CEJ celebra este año su 36 aniversario. ¿Cómo ha evolucionado?
-Somos una entidad de prestigio pero puede parecer que es para los que estamos dentro y no es cierto. Queremos que cualquiera que esté interesado en la cultura pueda acercarse, así como quien quiera publicar artículos en nuestras publicaciones y participar.


-¿Goza de buena salud?
-No podemos quejarnos, estamos alrededor de los 850 socios, seguimos siendo una de las asociaciones más potentes de la zona y uno de los Centros de Estudios de Aragón con más socios, pero se está notando una bajada en el número porque la población ha disminuido y va envejeciendo. Necesitamos socios e investigadores jóvenes. Acercarnos a la gente joven es uno de nuestros retos.

Comparte esta Noticia

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *