
A lo largo de la historia de Daroca hemos tenido distintos “mandatarios” en la ciudad. En ocasiones, los mismos aunque con distintas denominaciones. Durante siglos fue el Justicia la máxima autoridad, y así fue hasta principios del siglo XVIII.
El cargo de Justicia de Daroca lo ostentaron distintas personas, generalmente de las clases altas de la ciudad. Conocemos muchos nombres de aquellos gobernantes gracias a la documentación existente, en cuyos listados se repiten nombres y apellidos y linajes de familias importantes que ocuparon el Sillón del Justicia, tales como los Ezpeleta, que lo ocuparon alternativamente durante más de tres décadas, a mitad del siglo XVII. Otros fueron los Heredia, los Orera, los Liñán, los Cueva, los Alagón, los Lozano, los Celaya, o los Lop o Llop. Algunos de los Justicias lo fueron en más de una ocasión, a veces en periodos consecutivos y otros alternos.
Pero llegó el siglo XVIII con la Guerra de Sucesión entre Austrias y Borbones y al término de esta, con victoria Borbona, muchas cosas cambiaron en España, y por supuesto en Aragón y también en Daroca. El cargo de Justicia fue sustituido por el de Corregidor, aunque el primero de este nuevo cargo, en 1708 fue el mismo que había sido Justicia de Daroca hasta entonces, es decir, don Pedro Pérez Lop, que fue Justicia de Daroca en diversas ocasiones, como otros miembros de su familia. Le sucedió unos meses más tarde Miguel Marzo como nuevo Corregidor de Daroca, que curiosamente, también este había sido Justicia entre 1697 y 1703.
Más tarde vino la época de los Alcaldes Mayores, cargo que nombraba directamente el Rey y que solía recaer en militares con conocimientos de leyes. En cierto modo, se puede decir que el Alcalde Mayor era un apoyo del Corregidor, quien realmente mandaba en la ciudad.
De entre los Alcaldes Mayores el que ha quedado en la historia de Daroca como más conocido es don Blas Peinador Pino, por ser el padre de la “Dolores de la Copla”. Don Blas fue Alcalde Mayor de esta ciudad desde 1825 hasta 1832, año en que pasó a ocupar el mismo cargo, pero en Gerona, siendo ocupado su puesto de Alcalde Mayor de Daroca por Baltasar Olcinella
Por esta misma época hubo una serie de alcaldes a los que se denominaba alcaldes constitucionales como Mariano Esnárcega en 1823.
También existió entre finales del s.XVIII y mitad del s.XIX la figura del Gobernador Político-Militar de Daroca. Hernández Vázquez o Luis Veyamón fueron algunos de ellos, en los años 30 del siglo XIX.
Ya en el siglo XX la lista de alcaldes es muy amplia, y también como ya ocurría con Justicias y Corregidores muchos de ellos repetían, a veces consecutivamente y otras en distintos intervalos. De esa primera época algunos alcaldes, denominados nuevamente constitucionales han quedado en el recuerdo por distintos motivos. Gregorio Raz Ariño, que fue héroe de la Guerra de Cuba y alcalde entre los años 1916 y 1920. También Félix Tallada, por ser en su periodo, en torno a los años 20, cuando se hizo el “Kiosco” de la Música, el Frontón o el Lavadero.
Como caso anecdótico, comentar que hubo un día en Daroca en el que tres personas distintas ocuparon el cargo de alcalde. Ocurrió el 15 de abril de 1931 cuando se proclamó la II República en Daroca y el alcalde, Feliciano López, fue sustituido en su cargo por Babil Gasca, como alcalde-presidente interino, pero el mismo día fue nombrado alcalde definitivo de la Ciudad Luis Millán López. Seguramente es la única vez en la historia de Daroca en que se dio esa circunstancia.
