Todavía inmersos en el periodo navideño con innumerables reuniones familiares, de amigos y compañeros y repletos de actividades festivas, es buen momento para recordar los antiguos festejos de Daroca, religiosos o paganos, estos últimos vinculados casi siempre a las estaciones del año, que tuvieron su apogeo en los siglos XV y XVI, pero siempre con un gran control por parte del Concejo para evitar “ataques a la moral del momento”, violencia desmedida, etc…

Sin duda los festejos religiosos fueron desde antaño los de mayor arraigo que también tenían lugar a lo largo de todo el año, siendo el principal de todos ellos la festividad del Corpus Christi. Pero tanto en unos como en otros, nunca faltaba el teatro entre sus actividades, temas litúrgicos en unos y de muy distinto cariz los otros. Los religiosos normalmente se representaban en las distintas iglesias de la ciudad o en los conventos extramuros y solían ser autos sacramentales sobre temas eucarísticos o vidas de santos como “La Pasión de San Blas” que se representó varios años por gentes de iglesia, pero a petición del Concejo, una clara muestra de que este Santo tenía un gran arraigo en Daroca, no solamente en lo estrictamente religioso, sino también en lo tradicional o social.

Tampoco se quedaba al margen de estas representaciones teatrales el aspecto puramente cultural, de hecho el Estudio General de Daroca, presente en la ciudad desde el siglo XIV, estuvo muy implicado en ello. En este centro, considerado de una formación de gran calidad, además de los habitantes de la propia ciudad, acudían los jóvenes de toda la Comunidad de Aldeas, incluso de sitios más lejanos y el teatro se podía considerar una más de sus asignaturas donde los estudiantes solían representar varias obras a lo largo del curso, incluso alguna de ellas en latín. La afición por el teatro debió de encajar con fuerza en el mundo de la enseñanza en Daroca, pues ya desde párvulos lo practicaban. En 1596 un grupo de estos alumnos dirigidos por su maestro representaron una obra teatral, también para el Corpus.

En esta época los moriscos todavía mantenían una gran presencia en la ciudad, y se sabe que eran también grandes aficionados al teatro, incluso tenían sus propios grupos que ocasionalmente ofrecían sus representaciones teatrales en las plazas, aunque con estrecha vigilancia por parte del Concejo que controlaba sus textos en lengua aljamiada por si en ellos se lanzaban mensajes relacionados con la situación en el norte de África y la llamada a la rebelión. En alguna ocasión sus representaciones fueron prohibidas por este motivo.

Ya vemos que en Daroca existía diversidad de ofertas en lo relacionado con el teatro por parte de sus propios ciudadanos, pero también acudían a la ciudad grupos de otros lugares, incluso ambulantes, que ofrecían sus obras en la ciudad, siempre con permiso y supervisión del Concejo, que a decir verdad, se implicó mucho en esta actividad artística y de entretenimiento que gozaba de gran éxito en todo el País y que además era bien recibida por todas las clases sociales. No faltaban representaciones teatrales en ninguna de las fiestas de Daroca como Santo Tomás de Aquino, la Virgen de Agosto, y por supuesto el Corpus Christi, cuando se representaban distintas obras, profanas y religiosas, entre las que se encontraban representaciones sobre la vida de la Virgen María o del Señor San Jorge en su lucha contra el dragón, al que el santo daba muerte ante el clamor popular en una clara representación del bien que vence al mal, y por supuesto la siempre bien acogida “Istoria de los Sanctos Corporales”.

DESDE DAROCA | Pascual Sánchez

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