
La Feria Medieval de Daroca de este año, a celebrar el último fin de semana de julio, cumple su 23 edición, y como entonces, las calles de nuestra ciudad, que todavía conservan cierta fisonomía medieval, retrocederán varios siglos para meterse de lleno en aquel periodo tan importante para Daroca. Conferencias y exposiciones, puestos de mercado, titiriteros, recreaciones de peleas entre guerreros, representaciones teatrales ambientadas en aquellos tiempos, etc. Muchas de estas cosas serán iguales o similares a las de los años anteriores, sin embargo, otras serán diferentes o muy diferentes.
Una de ellas, que sin duda notarán los darocenses y aquellos forasteros que ya nos han visitado en años anteriores, será la ausencia de “Fernando el Herrero”, este darocense que año tras año montaba su puesto de herrería, con su fragua, su yunque y los diferentes martillos con los que golpeaba las candentes barras de hierro tras sacarlas del fuego, y sobre todo el ánimo con que atendía a todos aquellos, chicos y grandes, que se acercaban a su herrería en la feria. Fernando, en su puesto, estaba de alguna manera recordando muchos de los oficios de aquella época que actualmente ya no existen. Hace unos meses la muerte sorprendió a este herrero, todavía joven, de manera repentina, dejando huérfana a toda una familia y en cierto modo a toda Daroca, haciéndose notar especialmente en estos días de feria medieval que tan importantes eran para él.
Otra cosa que posiblemente la gente echará en falta será la representación de “La Morica encantada”, durante la cena popular del sábado, que este año será sustituida por la representación del “Caballero Misterioso”. Una obra basada en un personaje real que, al mando de sus almogávares, defendió una parte importante de la muralla de Daroca de los ataques castellanos en la tantas veces nombrada “Guerra de los dos Pedros”, haciendo desistir a las tropas castellanas de Pedro el Cruel de tomar la villa de Daroca. Un héroe darocense, pero también baguenero, ya que ese misterioso caballero resultó ser don Miguel de Bernabé que poco después moriría valientemente en la defensa numantina de su castillo de Báguena, quedando plasmada para siempre en muchos escudos de esta zona la imagen de su brazo, que saliendo de una torre ardiendo sujeta un cordón con las llaves de su castillo, y acuñada la frase “fasta que cremado fue y ni aún por esas rendido ca en sus manos abrasadas las claves fueron trovadas del castillo que tenía”. Un hecho que, de haber sucedido en Norteamérica, sin ninguna duda, se hubiese llevado al cine en más de una ocasión. En realidad, la práctica totalidad de los actos y actividades de esta Feria Medieval 2024 irán dedicados a este personaje, a este héroe que prefirió sucumbir en su castillo, antes que entregarlo a los castellanos.
Ya escribimos en este Comarcal sobre el “Caballero Misterioso” en un artículo en 2019, sin embargo, la obra que se representará el sábado, dentro de la tragedia, tiene un aire divertido y simpático. Está dirigida por Susana, de Gozarte y puesta en escena por “El teatro del Pueblo”, un grupo de actores y actrices aficionados de Daroca y su comarca. Mujeres y hombres que con su representación pueden conseguir que la leyenda de “La Morica encantada”, tantas veces y de tantas maneras representada, no se eche en falta y además, puede servir para abrir una nueva etapa en estas jornadas medievales que cada año se pueden centrar en una de las distintas leyendas y tradiciones medievales de Daroca, que como bien saben, amigos lectores, darocenses y foranos que ya conocen Daroca, son muchas y muy variadas.