Luco de Jiloca se ha convertido en un ejemplo de innovación para todo Aragón. Un proyecto de iniciativa social ciudadana para la generación y gestión de energía solar fotovoltaica, para el autoconsumo colectivo de los socios de la cooperativa. Actualmente 25 familias, una PYME y el propio Ayuntamiento. Tras meses de burocracia para lograr su tramitación, la Comunidad Energética Rural Luco Energía es ya una realidad. La energía que se produce a través de las placas que conforman su huerto solar es destinada al autoconsumo que suponen las necesidades diurnas. Este proyecto demuestra que un consumo de la autogeneración de energía propia es posible, y no como venimos viendo hasta ahora, donde campos enteros en toda nuestra zona parecen invernaderos de placas solares que captan los rayos del sol para generar electricidad que es consumida a cientos de kilómetros de aquí por empresas cuyos beneficios no nos repercuten. Esta forma de cooperar entre los vecinos es un paso más hacia la independencia energética cuyo ejemplo ya se está haciendo extensible a municipios como Daroca, donde se encuentran en fase de consulta a los vecinos. Luco Energía está demostrándonos que unirse y conseguir objetivos comunes, es posible. La perseverancia que nos caracteriza a los aragoneses se ha proyectado en este reto donde los socios han reunido un capital inicial de unos 15.000 euros a través del crowdfunding para comenzar y poder dar sus primeros pasos. Quizá el tesón les hizo no tirar la toalla y seguir insistiendo en el proyecto. Una pandemia en medio de todos los trámites no facilitó para nada las cosas, pero lo cierto es que gracias a esta inversión han evitado tener que instalar placas solares en cada una de las viviendas individuales. Lo bueno de ello, además, es que la sociedad generará unos beneficios tras su amortización que repercutirán en el bienestar de todos los vecinos de Luco de Jiloca. El dinero que se genera en Luco se queda en Luco. Con este modelo de autoabastecimiento podemos ser más independientes de los recursos externos y generar un mayor valor al territorio. No solo se generará más aporte para los vecinos, si no que el propio Ayuntamiento de Calamocha, al ser partícipe de esta sociedad, deberá destinar menores recursos al pago del alumbrado público o al bombeo de las aguas. Es todo un ejemplo a seguir por otros territorios. Las posibilidades de los recursos energéticos son muchas, solo hay que saber ordenarlas y poder crear una iniciativa para resolver un problema individual con una solución colectiva, la de cooperar.

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