Val de San Martín tuvo una de las cofradías más antiguas del Arciprestazgo de Daroca, dedicada a San Blas, un Santo muy arraigado en esta estas tierras. Sin embargo desapareció en 1968. El cofrade José Santos organizó en ese año la que sería la última fiesta en la localidad de esta Cofradía que, sin embargo, cuenta con abundante documentación que acredita su pasado, siendo su documento más antiguo de 1618 en el que queda constancia de que la Cofradía era muy anterior a esa fecha. Se trata de un libro con cubiertas de pergamino y restos de broche metálico. Su estado de conservación no es demasiado bueno, pero contiene una rica documentación. “Memoria de los Cofrades vivos de la Cofrdía de Sanct Blas (..) 1618. Paga cada uno de entrada una libra de cera” Algo posteriores, pero muy interesantes son las “Constituciones de la Cofradía” firmadas el 10 de septiembre de 1774 por el vicario mossen Joseph Güijazo (sic). Todas las reuniones de esta Hermandad, desde sus orígenes, se celebraban en 4 de febrero, tal como puede verse en sus registros, aunque existen algunas excepciones, dos de ellas en 9 de septiembre en las que se hace referencia a multas a los cofrades con el pago de dos reales de plata por faltar a los actos de la Cofradía en 1798 o aportar una libra de cera por no acudir al funeral de un hermano cofrade en 1846.


Los libros de la Cofradía contienen listados de cofrades de distintas épocas y anotaciones sobre pagos de cuotas y multas por diversos motivos, unas veces en libras o reales de vellón y otras en cera. También existen registros de Visitas Pastorales.


Algunos folios llevan en el encabezamiento el sello impreso del Estado con el Rey y el año correspondiente, firmados al final con rúbrica y marca de agua.
Resulta llamativo que en 1618, escribían Val de San Martin de este modo, sin embargo en épocas posteriores lo harían de muy distinta manera. En 1728 puede leerse en la cubierta del Libro de la Cofradía: “Libro de la Cofradía del Señor San Blas de el lugar de Balde San Martin” (sic).
También curiosa es una anotación firmada por el vicario Francisco Elías el 4 de febrero de 1798 en la que dice que los hermanos cofrades, conjuntamente con los de la Cofradía de la Vera Cruz determinaron que no se admitiese a ningún cofrade en estas hermandades sin que previamente haya sido admitido en la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario.
En esta época los listados de hermanos cofrades son muy numerosos y se denominan “tablas”, en las que aparecen apellidos que perduran en Val de San Martin en nuestros días.
En 1858 la “tabla” se componía de 60 miembros y algunas viudas, y en ella pueden verse nombres como: Ramón Sierra, Francisco Blasco, Juan Franco, Valero Ybañez, Simón Pardos, José Bello, Ysidro Traid, Antonio Sebastián, Domingo Mañas, Manuel Sebastián, Casimiro Camacho, Pascual Hijazo, Miguel Calvo, Pio Colas, Manuel Serrano, Tomas Vicente, Miguel Pescador, Gregorio Villanueva, Gerónimo Melero, Yginio Valero, Pascual Cortes, Manuel Peyro, Camilo Lorente, Luis del Molino, Manuel Ripòllés, Miguel Abad, Juan Tolosa, José Delgado, Domingo Andreu, Ysidro Martin o Domingo Cantín. Figuran además ocho viudas de cofrades: María Sierra, Agustina Garcia, Joaquina Valero, Sinforosa Tolosa, Josefa Mañas, Antonia Cañada, Pascuala Blasco, Pascuala Sierra.
Se mantiene la regla de reunirse en 4 de febrero como puede verse en las actas de 1886, incluso de principios del siglo XX, en la que puede leerse “En Val de San Martín a cuatro de febrero del año mil novecientos nueve reunidos todos los cofrades (…) .

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