El calamochino ha tomado la decisión de cesar su labor en esta formación para dar paso a otros nuevos docentes

El XIV Curso de Ornitología Práctica de las tierras del Jiloca y Gallocanta, impulsado por ADRI Jiloca-Gallocanta y la Universidad de Verano de Teruel, ha contado con 32 alumnos en su desarrollo entre el 10 y 12 de mayo.
Dirigido por Javier Lucientes, entre el grupo de profesores se encuentra el calamochino Chabier de Jaime, doctor en Geografía, quien se involucró en esta formación desde sus inicios y este año ha decidido que sea el último como docente. “Es dar un paso a un lado, permitir que vayan tomando el relevo generaciones más jóvenes que están muy preparadas, que son entusiastas y que van pidiendo paso”, explica el docente.


Recuerda cómo se implicó en los orígenes de la iniciativa: “Vimos que era una oportunidad para hacer formación en un tema en el que nuestras comarcas tienen mucho que decir”. Y asegura estar muy contento porque “ha sido un curso muy exitoso y con un altísimo prestigio”, describe.
El Curso de Ornitología Práctica se ha consolidado como una cita indispensable para los amantes de las aves. “Es una oportunidad única para que las personas reconozcan las aves, las identifiquen, conozcan sus costumbres y al mismo tiempo el hábitat en el que desenvuelven sus vidas”, detalla de Jaime.
De la edición de 2024, se ha hecho un balance positivo y exitoso. “Ha sido muy intenso, como en otras ediciones, pero esta vez nos hemos encontrado un entorno con una sequía notable, lo que repercute en las comunidades de aves, especialmente en el nivel de la Laguna de Gallocanta, que determina buena parte de nuestras observaciones”, comenta.


Sobre el alumnado, procede de nuestra región y de otras comunidades autónomas, con un perfil profesional cada vez más variado, “con muchas personas interesadas en la observación, pero también que participan en este curso para formarse profesionalmente en sus tareas específicas, de conservación de la naturaleza, de realización de estudios, y que nos ha dejado un gran sabor de boca, como en otras ediciones, porque debo decir, es un curso que tiene una evaluación muy alta tras su realización por parte del alumnado”, añade el doctor en Geografía.


Entre la treintena de alumnos, el profesor se ha reencontrado con antiguos alumnos del IES Valle del Jiloca, donde impartió Biología y también fue director. “Ha sido una sorpresa encontrarme a alumnos, una enorme alegría y emotivo porque ves que, de alguna manera, esa semilla que los profesores hemos ido sembrando en el tiempo, en cientos de nuestros alumnos, cada uno con su perfil y su carisma, ves que también la naturaleza interesa, atrae, o se ve la necesidad de formarse en este tema. Fue particularmente emocionante para mí la despedida y compartir estos días con estos alumnos”, comenta, antes de nombrar a Raúl Malo, Eduardo Falo, Alicia Prat Benhamou y Sandra Fidalgo. “Fue un broche de oro para mi trabajo en el curso y también como profesor”, concluye.


El calamochino ha destacado, por otro lado, que en los últimos treinta años, el número de personas interesadas en salir al campo, observar, estudiar, divulgar, conservar la naturaleza se ha multiplicado. “En este territorio, entre Cella y Daroca, hay una treintena larga de naturalistas, algunos profesionales, que comparten su entusiasmo, tiempo, interés y buen ambiente y al que se puede sumar cualquier persona que tenga interés en aprender”.
Chabier de Jaime defiende que esta circunstancia “es notable y no es habitual en todos los territorios”.

Comparte esta Noticia

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *