POR PASCUAL SÁNCHEZ
Ya hemos hablado y escrito sobre Ella en muchas ocasiones, incluso en este Comarcal le dedicamos un artículo en 2018. Sin embargo sigue habiendo motivos para recordar su importancia para Daroca.
El 16 de octubre del año 2000 el ingeniero de caminos José Juncá Ubierna ofreció una conferencia en el Colegio de Ingenieros Caminos y Puertos de Madrid con el título de “La Mina de Daroca, el túnel de época moderna más antiguo de Europa” en la que resaltó las características técnicas de éste túnel excavado bajo el monte de San Jorge a mitad del s.XVI para evitar en gran medida las tremendas pérdidas que ocasionaban a Daroca las “riadas” que a veces alcanzaban dentro de la Ciudad niveles superiores a los 2 metros de altura.
Pierres Bédél diseñó y controló la obra que entre 1555 y 1560 se realizó de manera ininterrumpida con la sola excepción de los “días de precepto”.
El material excavado era en general un aglomerado muy compacto llamado “almendrilla” compuesto de arcilla y piedras pequeñas, y el espesor mayor perforado fueron 60 metros bajo la montaña de 834 metros de altitud frente a los 780 y 770 de las bocas del túnel, cuya longitud era de 600 metros, aunque actualmente tiene menos, especialmente en la boca sur en la que faltan ya más de 50 debido a la poca estabilidad del terreno en esa zona. A partir de ahí se excavaron 360 metros a cielo abierto. Entre 25 y 50 obreros en dos equipos, que a veces llegaron a ser 70, extrajeron 100.000 metros cúbicos de materiales y el coste de la obra se estimó en 576.299 sueldos.
Del mantenimiento de la Mina se encargó la Junta del Aguaducho que con 600 libras anuales de asignación gestionaban el aspecto económico y el control de las obras, reuniéndose 4 veces al año, más alguna con carácter extraordinario. Controlaban el buen uso de la Mina con una serie de normas como revisar los pequeños diques de los barrancos próximos a la boca de arriba, rastrillar la Mina todos los años en primavera y vigilar la prohibición de cultivar las tierras sobre la cúpula del túnel, etc..
Luego vinieron tiempos de un inexplicable abandono durante muchos años en los que fue olvidada y descuidada produciéndose daños de diversa consideración, vandalismo y desidia institucional durante muchas décadas y aún así la Mina ha resistido con entereza, cumpliendo el objetivo para el que fue construida.
En 1789 se hizo una propuesta sobre reparaciones y mejoras que no llegó a ejecutarse, cuyo manuscrito se encuentra en el Archivo Histórico Nacional y recomendaba este ingeniero acometer ahora esa serie de obras de restauración y rehabilitación con cierta urgencia. La reconstrucción de las portadas de sillares de ambas bocas que devolviéndole su carácter original evitarían un progresivo deterioro. Restauración de la barbacana, el gran dique de contención que desvía el agua hacia el túnel. Adecentar los accesos de ambas bocas, consolidar y proteger la boca superior del pozo de ventilación conocido como “Respiradero”, así como algunos elementos interiores y por supuesto restaurar el acueducto cercano al talud de la Rodadera.
Según Juncá la Mina debería ser declarada Bien de Interés Cultural lo que le llegó en 2002, sin embargo no se han acometido las mejores que se suponía se harían después de esa declaración B.I.C.
Finalmente hace una comparación de la leyenda que rodea el escudo de Daroca “Non fecit taliter omni nationi” entre su significado de la entrada en Daroca de los Corporales con la obra de la Mina de la que dice “no se hizo nada semejante en ningún otro pueblo”