EL TULIPÁN NEGRO | OPINIÓN
No hace mucho tiempo era “muy frecuente” que nos quedáramos sin luz, las redes no estaban en condiciones óptimas de funcionamiento, un aislador que rompe (eran de cristal), un chopo que cae en el tendido, un mal funcionamiento de la subestación o del transformador del pueblo daban esos problemas.
Igual podía haber una caída de la tensión que una sobrecarga de la red.
Para evitar males mayores en cada inmueble con instalación eléctrica y antes de que la luz pasara por el contador, se instalaban los “plomos”, y cuando había sobrecarga de energía, se fundían los fusibles.
Los plomos eran de cerámica y básicamente constaban de una base y una tapa, la tapa encajaba en la base y la tapa contenía dos bornes con tornillos que se conectaban con un “pelillo” de cobre, había algunos más valientes que ponían 2 y hasta 3 pelillos de cobre para que los plomos tuvieran más resistencia. Cuando había una sobrecarga en la red esos pelillos de cobre se fundían (por eso se dice se han fundido los plomos) y se cortaba el suministro para evitar males mayores, por ejemplo que se quemara toda la instalación.
Los cortes de luz podían durar horas e incluso días, pero como no vivíamos en una sociedad tan desarrollada como ahora, prácticamente no pasaba nada, no había neveras, ni teles, ni vitrocerámica, ni nada de nada, tocaba encender la vela, el candil y para los más afortunados la linterna.
El pasado 28 de abril hubo un apagón general en toda la península ibérica, se armó el lío padre. La energía, la luz para entendernos, se restableció casi al 100% en unas 7 horas, algo insufrible para la mayoría de la gente.
Que si había sido un ataque cibernético, que si la culpa la tenían las renovables. Muchos periodistas se convirtieron en especialistas energéticos durante unos días.
Las renovables eran una energía política de estos modernos verdes, España era tildada de país tercermundista.
Política energética también son las nucleares, el gas, etc., yo personalmente prefiero renovables, pagar por pagar, y esto es caro, las prefiero.
La Unión Europea tardará seis meses, hasta octubre de 2025, más o menos, en dar un informe de las causas del apagón.
Aquí se exigían responsabilidades y establecer las causas el mismo día del apagón.
Me parece que tras un apagón general, que se produjera una recuperación prácticamente del 100% en apenas 7 horas, no me parece tercermundista. Lo que es necesario, sin duda, es que se invierta más en la seguridad de las redes.
Al fin y al cabo, menos mal que se fundieron los plomos y no se quemó la instalación.