LA ROSA DEL AZAFRÁN

Sep 27, 2024

Hoy mi dibujo va en
blanco y negro. En grises
y en sombras. En líneas
a lápiz. Con poca luz.
Ventana cerrada. Rejas
echadas.
Así me ha dejado esta
última muerte. Con el
alma achicada. Con un
nudo en la garganta que
ansía que pase el día y
mengüe la tristeza que sé
que volverá. Lo duro de
una muerte que no se espera
o contra la que nadie
podemos luchar. Lo duro
del “no hay vuelta atrás”.
Obligación de aceptar lo
que es, no siendo justo, ser
para luego no ser.
Y se van. Y el vacío lo
llena sólo el llorar. Y con
el paso del tiempo volver
a salir a caminar, volver
a escribir y a pintar.
Pero ya, nada es igual.
Lo que hoy ya te falta, no
regresará. Encontrarás
otras maneras pero esos
ratos con esa persona no
volverán. La parte buena es
que mientras vivimos, los
nuestros no mueren jamás.
Eso es verdad.
Aunque ese día en el
funeral alguien dijo una
de esas frases que te hacen
pensar. Dijo: “Nacemos
para ser olvidados”.
Hoy creo que la había oído
antes en alguna parte y
me había “rebotado” un
poco. Pero ese día, entendí.
Es verdad.
¿Cuánto tiempo somos
recordados?
No conocí a mis bisabuelos.
Sólo recuerdo a mis
abuelos y a sus hermanos
y nunca los olvidaré. Lo
mismo con mis padres y
sus hermanos, a mis primos
y a algunos amigos.
Y a nosotros, ¿quiénes nos
recordarán? En tan sólo
dos generaciones, nuestro
recuerdo, nuestros hijos y
nietos y ya. Un grano de
arena en la línea del tiempo
de la humanidad.
Vivir nuestra vida. Saber
valorar y agradecer.
No hacer daño. Que seamos
luz y sepamos acompañar
a quienes nos importan.
Vecinos, parques, perricos.
Mañanas, verano, hijos
que crecen haciéndose
amigos, el barrio…
FLOREN, no te vamos a
olvidar.

Rosa Machín

@arte_machin

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