EL TULIPÁN NEGRO
¿De verdad nos tenemos que creer que existe una guerra real en Gaza? Yo creo que no.
Una guerra o conflicto bélico es una lucha violenta y organizada entre dos o más grupos humanos, como naciones, estados o facciones, que utilizan la fuerza armada para alcanzar objetivos políticos, territoriales, económicos o ideológicos.
Las guerras se caracterizan por el uso de la violencia y las armas, y tienen consecuencias graves como muertes, daños materiales y desplazamientos de personas.
Es una desavenencia y rompimiento de la paz entre dos o más potencias, una lucha armada entre dos o más naciones o entre bandos de una misma nación.
Por supuesto generan un alto coste en vidas humanas, infraestructuras y desplazamientos de la población.
El enfrentamiento es violento, mediante el uso de las armas de toda índole.
Las guerras tienen como origen múltiples causas, entre las que suelen estar el mantenimiento o el cambio de relaciones de poder, dirimir disputas económicas, ideológicas, territoriales, a veces por cuestiones históricas y estratégicas, religiosas o por una combinación de todas ellas.
Esta aproximación a lo que puede ser un conflicto bélico no se cumple en Gaza, al menos lo que se ve en los informativos es otra cosa.
Un bando, Israel, aparece con sus soldados bien pertrechados de armas, munición y trajes de defensa, antibalas etc., una aviación moderna que bombardea sistemáticamente a la población civil, columnas de tanques o, carros blindados, avanzando entre los escombros, que ya se ha encargado la aviación de bombardear.
Con la excusa de que allí hay terroristas, reducen a la nada, escuelas hospitales, viviendas, mercados, etc.
Los Gazatíes, el otro bando, formando largas colas para obtener un poco de alimento, largas colas para salir de los lugares señalados por el ejército hebreo, porque van a ser objeto de bombardeo sistemático, es decir que te vayas para arriba, para abajo, para la izquierda o para la derecha, lo digo yo y basta.
Sus columnas son personas cargadas con sus hatillos, sus escasas pertenencias y, a lo más un coche viejo cargado hasta las trancas de todo aquello que han podido salvar, o con un carro, pequeño, cargado hasta arriba y tirado por un burro.
¿Dónde está la lucha armada de dos o más potencias? Si alguien la ve que lo diga.
Que los terroristas de Hamás matarán, hace casi dos años, a 1.700 israelitas, algo que se ha condenado sin paliativos, fue la excusa perfecta para iniciar una limpieza étnica en la zona de Gaza, hay quien lo ha sabido aprovechar.
Vemos a los soldados de Israel en una lucha descarnada y, sin cuartel contra sus enemigos, esa otra potencia con sus columnas descritas.
Son valientes, tiene asegurada la inmunidad y riesgo prácticamente cero.
Estas parece ser son las palabras del Ministro de Asuntos Exteriores de Israel, un tal Gideon Saar: “Israel continuará luchando, con la ayuda de sus amigos de Europa, contra los intentos de dañarla mientras está inmersa en una guerra existencial. Las medidas contra Israel serán respondidas en consecuencia, y esperamos no tener que recurrir a ellas”.
Alguien da más.