El Día del Orgullo Rural es una celebración que cada vez cobra más fuerza, un canto a la vida en el pueblo y una reivindicación de las oportunidades que este entorno ofrece, especialmente a las nuevas generaciones. Y es que, lejos de ser un lugar de oportunidades perdidas, el medio rural se está convirtiendo en un semillero de proyectos innovadores y un espacio donde jóvenes emprendedores están redefiniendo el futuro.
Plataformas como Jobus son un claro ejemplo de cómo la tecnología y las iniciativas parten del mundo rural. Estas herramientas digitales conectan a jóvenes talentos con empresas y proyectos para encontrar su lugar, facilitando la creación de empleo y fomentando el emprendimiento. Gracias a ellas, muchos jóvenes encuentran en el campo la oportunidad de desarrollar sus ideas y construir un futuro más sostenible. Algunas iniciativas como los co-working en nuestros pueblos todavía duermen esperando a su apertura, después de las diferentes inversiones.
Pero la revitalización del medio rural no solo depende de iniciativas empresariales. La participación ciudadana, especialmente de los jóvenes, es fundamental. La reciente DANA en Valencia pone de manifiesto el compromiso de miles de jóvenes y adolescentes que, de forma desinteresada y más o menos organizada, se vuelcan en las tareas de limpieza y reconstrucción. Su labor, alejada de cualquier interés partidista, ha sido un ejemplo de solidaridad y compromiso con su entorno.
Es destacable cómo estos jóvenes voluntarios han demostrado su valía y tesón por ayudar a los demás. Su acción directa y su capacidad de organización han puesto en evidencia la necesidad de una mayor participación ciudadana en la gestión de los asuntos públicos. Su ejemplo nos invita a reflexionar sobre la importancia de fomentar la participación de los jóvenes en la vida política y social de los pueblos y ciudades. La falta de acceso a créditos y financiación es uno de los mayores obstáculos que tienen estos para poder arrancar cualquiera de sus proyectos. Los bancos suelen ser reacios a prestar a jóvenes emprendedores, especialmente en zonas rurales, debido a la percepción de mayor riesgo. Los trámites administrativos y la complejidad de la normativa pueden también ser un obstáculo desalentador para ellos, algo que deberíamos obligar a cambiar. El emprendimiento juvenil en el medio rural es una fuerza transformadora que puede revitalizar estas zonas y crear nuevas oportunidades de empleo. Sin embargo, es necesario que las administraciones públicas y la sociedad en su conjunto adopten medidas para apoyar a estos jóvenes emprendedores y superar los desafíos a los que se enfrentan.
Los jóvenes, con su energía, sus ideas y su compromiso, están jugando un papel fundamental en esta transformación. El Día del Orgullo Rural será una oportunidad para reconocer su labor y para animarles a seguir trabajando por un futuro más sostenible y equitativo.

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