GESTIÓN Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
José Ángel García
Cuando hablamos del Parlamento español, nos referimos a las Cortes Generales, el órgano que representa al conjunto del pueblo y donde reside buena parte del poder político del Estado. Lo establece el artículo 66 de la Constitución Española: las Cortes están formadas por el Congreso de los Diputados y el Senado, y ejercen la potestad legislativa, aprueban los presupuestos y controlan políticamente al Gobierno.
Este modelo de dos cámaras, conocido como sistema bicameral, busca el equilibrio entre dos principios: la representación poblacional (a través del Congreso) y la territorial (a través del Senado). Así, se intentaría reflejar tanto la voluntad mayoritaria de los ciudadanos como la diversidad de los distintos territorios que integran España.
Pero, además de hacer leyes, aprobar cuentas públicas y controlar al Ejecutivo, las Cortes desempeñan otras funciones fundamentales. Entre ellas, destacan la autorización de tratados internacionales, la reforma de la Constitución y la proclamación del Rey, así como la participación en situaciones excepcionales como los estados de alarma, excepción o sitio. También intervienen en el nombramiento de cargos institucionales como el Defensor del Pueblo, los miembros del Tribunal Constitucional o el Consejo General del Poder Judicial.
Cada cámara tiene su reglamento interno, su estructura propia y su presidente, elegido por los propios parlamentarios. Las Cortes se reúnen de forma ordinaria dos veces al año: de septiembre a diciembre, y de febrero a junio. No obstante, pueden celebrarse sesiones extraordinarias si lo solicita el Gobierno, la Diputación Permanente o una mayoría parlamentaria.

En cuanto a los parlamentarios, cuentan con garantías constitucionales para proteger su independencia. Tienen inviolabilidad por las opiniones que emitan en el ejercicio de su cargo, y cierta inmunidad judicial durante el tiempo que dura su mandato. Estas medidas no son privilegios, sino mecanismos de protección democrática, pensados para que los representantes puedan ejercer su labor con libertad.
Otro aspecto importante es que el Congreso y el Senado pueden reunirse en sesión conjunta. Esto sucede en ocasiones concretas, como cuando hay que proclamar al nuevo jefe del Estado, nombrar una regencia o tutor, o autorizar tratados internacionales especialmente sensibles. En estas sesiones conjuntas, el presidente del Congreso ejerce la presidencia de ambas cámaras.
Las Cortes Generales son una institución esencial del sistema democrático español. Allí se toman decisiones que afectan a todos los ciudadanos, desde la aprobación de una ley educativa hasta el presupuesto de las pensiones o el control de la actuación de un ministro. Conocer cómo funcionan las Cortes ayuda a comprender mejor el funcionamiento del Estado y a valorar la importancia de participar activamente en la vida democrática.
¿Sabías qué?
¿Sabías que… en las sesiones conjuntas del Congreso y el Senado, el edificio donde se reúnen no es el Senado, que es más antiguo, sino el Hemiciclo del Congreso, porque es el único que permite acoger a todos los parlamentarios a la vez?
Aunque ambas cámaras conforman las Cortes Generales, el Senado —construido sobre el antiguo convento de doña María de Aragón— no tiene capacidad suficiente para albergar sesiones conjuntas. Por eso, en momentos históricos como la proclamación de un nuevo Rey o la autorización de ciertos tratados internacionales, todos los senadores deben desplazarse físicamente al Congreso. Este detalle refleja, de forma simbólica, el mayor peso institucional que la Constitución otorga al Congreso de los Diputados frente al Senado.