DESDE DAROCA
Pascual Sánchez

Via Basilicorum es una ruta propuesta por la Archidiócesis de Zaragoza y las Diócesis de Huesca y Tarazona, dentro del Año Jubilar 2025, por la que nos proponen la posibilidad de realizar un recorrido por las cinco basílicas aragonesas, y en Daroca tenemos la inmensa fortuna de contar con una de ellas, además la segunda en antigüedad.
El término basílica viene del latín, y éste del griego, y significa regio, y en la antigua Grecia y en Roma eran unos edificios públicos suntuosos que ocupaban un lugar principal en las ciudades, siendo su uso muy diverso: mercado, transacciones financieras, administración de justicia, reuniones de ciudadanos para asuntos comunes, culto, etc.
La iglesia Católica adoptó estos edificios a través de los conversos a la fe cristiana, para acoger a sus numerosos fieles y celebrar en ellos sus actos litúrgicos.
Desde el punto de vista arquitectónico, la basílica es un edificio rectangular, compuesto por una o más naves, siempre en número impar, siendo la central más ancha y alta, en cuyos extremos se sitúan la entrada principal y la exedra o ábside, lugar destinado para la presidencia.
En el mundo existen muchas Basílicas, encontrándose en Roma las cuatro más importantes, denominadas cada una de ellas “Basílica Mayor”: San Juan, San Pedro, Santa María la Mayor y San Pablo.
En España sobrepasan el centenar los templos con esa denominación y solamente existen cinco en Aragón, con este orden de antigüedad: San Lorenzo de Huesca desde 1884, Santa María de los Corporales de Daroca desde1890, el Pilar y Santa Engracia, en Zaragoza desde 1948 y 1991 respectivamente y mucho más reciente, la Basílica del Santo Sepulcro de Calatayud, desde 2020, nombramiento del Papa Francisco.
Como hemos visto, la de Daroca, junto a la de San Lorenzo de Huesca, son las Basílicas más antiguas de Aragón, ambas concesiones del mismo Papa León XIII con algo más de cuatro años de diferencia.
Ya hemos escrito en otras ocasiones sobre la importancia religiosa de Daroca, incluso desde la época musulmana con sus, posiblemente, 4 mezquitas y una escuela coránica. Tras la conquista cristiana 10 parroquias, que luego fueron 7 durante 700 años y sus 6 conventos. Entre todas ellas fue principal la de Santa María, colegio de canónigos desde 1158 y Colegiata desde 1377 hasta 1851. Unos años antes, el 26 de junio de 1366, el rey de Aragón, Pedro IV había concedido a Daroca el título efectivo de ciudad, y el honorífico de Puerta Férrea de Aragón. En la carta de concesión prometía el rey que intercedería ante el Papa para que Daroca tuviese obispado, aunque eso, evidentemente, no llegó. Sin embargo en la fecha indicada de 1377 si que obtuvo el honor de Colegiata, siendo su primer prior Juan Martell.
Hasta 1609 el máximo representante de la iglesia en Daroca fue siempre un Prior, y a partir de entonces comenzó a serlo un Deán. El último prior y primer deán fue López de Bailo, natural de Báguena, cuya lauda sepulcral, que se conserva en muy buen estado, puede verse en la Capilla de la Soledad, entrada a la actual sacristía.
Santa María la Mayor, ya como Colegiata, seguía siendo la principal de las siete parroquias de Daroca y la cabeza de un importante arciprestazgo de más de cien pueblos. Existía en Daroca el Cabildo de las Seis Iglesias, el Cabildo de Santa María, y un Cabildo General o Capítulo en el que se agrupaban todas ellas, y así fue durante siglos hasta que en 1851 en un acuerdo de la Santa Sede con el Gobierno Español, se suprimieron todas las colegiatas de España con algunas excepciones.

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