El investigador, natural de Calamocha, ejerce actualmente como jefe de grupo en la Universidad Libre de Bruselas

Anchel de Jaime posa en el laboratorio
El joven calamochino Anchel de Jaime Soguero ha integrado un equipo de investigación durante los últimos cinco años en la Universidad de Heidelberg, cuyo trabajo se ha centrado en la comunicación entre las células madre embrionarias -las existentes en las primeras semanas de desarrollo-. Su labor ha permitido descubrir que estas células producen una réplica de la información genética, además de conservarla.
-¿Qué importancia tiene su investigación?
-Nuestra investigación va más allá de entender cómo estas células son capaces de dar lugar a todos los linajes o los otros tipos de células de nuestro cuerpo, como por ejemplo las neuronas, las células de la piel o las células del corazón. Lo que hemos descubierto es que las señales que utilizan las células para comunicarse entre ellas son también muy importantes para que mantengan la estabilidad del ADN que forma parte de la célula en sí. No sólo para ellas, sino para las células hijas, porque estas células son las primeras que se forman en el embrión y se van a dividir muchas veces para dar lugar a todas las células de nuestro cuerpo en el futuro, con lo cual necesitan mantener la estabilidad del ADN.
-¿Qué información ha aportado este hallazgo?
-Normalmente, las células en nuestro cuerpo, cuando ya somos adultos, la mayoría de ellas ya no se dividen, hay muy poquitas que son capaces de regenerar algunos tejidos, como por ejemplo la piel o el intestino, pero en el desarrollo embrionario, especialmente en las primeras dos o tres semanas, las células se deben dividir muy rápido y deben ocupar un espacio que va creciendo, que es el embrión. En particular, las células que nosotros estudiamos son capaces de dividirse hasta cada tres horas, lo que es una velocidad muy rápida. Y es precisamente esa peculiaridad la cual hace que muchas veces haya errores en la copia y en la segregación del ADN en las células hijas. En ese proceso hay una tasa de errores normalmente bastante alta en las primeras semanas del desarrollo embrionario. Esta tasa de errores tan alta está relacionada en muchos casos con las pérdidas del embrión o lo que nosotros llamamos a veces abortos espontáneos que ocurren en una fase preclínica, es decir, una fase anterior a que un médico pueda diagnosticar ni siquiera que una mujer estuviese embarazada.
-¿Qué capacidad tienen las señales de las células?
-Hablando en términos un poco más técnicos, lo que hemos descubierto es que las señales que las células utilizan para comunicarse son capaces también de mantener la estabilidad de ciertas proteínas para que sean capaces de ejecutar bien su trabajo en la replicación o en la duplicación del ADN. Antes de dividirse una célula, tiene que duplicar la información genética para las células hijas, entonces ese proceso tiene una alta tasa de error y las señales que reciben las células no sólo dan forma a lo que va a ser el embrión y dan forma al tipo de célula en la que se va a convertir, sino que también son capaces de mantener estas tasas de errores a nivel muy bajo. Y para ello estabilizan ciertas proteínas que son específicas en la replicación del ADN y también en un proceso que se llama mitosis, que es en el cual la célula se va a dividir justo en dos y la segregación del ADN tiene que ser perfecta. Es decir, una célula hija tiene que tener en nuestro caso dos pares de 23 cromosomas y la otra célula hija también. Si ese proceso no funciona bien, las células hijas no tienen el número correcto de cromosomas, tienen una información incorrecta del ADN y eso puede dañar su función, o si se mantienen pueden dar lugar a, en este caso, problemas durante el desarrollo embrionario.
-¿Esta investigación aporta información sobre ciertas enfermedades?
-La mayoría de las células que pierden o ganan un cromosoma en el desarrollo embrionario van a ser descartadas. Hay un proceso que se llama muerte celular inducida o apoptosis que descarta a estas células que no tienen la información correcta. Pero hay ocasiones en las que desde el principio el cigoto, que es la primera célula, ya tiene una información incorrecta del número de cromosomas. Este es el ejemplo del síndrome de Down o la trisomía 21, en la cual tenemos todos los pares de cromosomas correctos, excepto el número 21, que en vez de dos son tres. Y en este caso específico, el embrión es capaz de llegar a término y el bebé es capaz de nacer con las discapacidades asociadas al síndrome de Down, aunque en muchos otros casos la ganancia o pérdida de otros cromosomas es letal y hace que el embrión se pierda.
-¿Qué avance logra esta investigación ?
-En nuestro laboratorio, obviamente, no hemos trabajado con embriones humanos y esto lo voy a dejar muy claro. El trabajo con embriones humanos es algo que está en gran debate ético y legal, porque estamos hablando de vidas humanas. Nosotros hemos estado trabajando con embriones de ratón, que es nuestro modelo de organismo, y también con estas células madre embrionarias. Lo que sí que hemos descubierto tiene una gran repercusión, porque en el caso de los humanos, dos de cada tres embarazos se pierden en las primeras cuatro semanas y se pierden espontáneamente, independientemente de la edad de la madre o de otros factores ambientales. Entonces, eso es un número muy elevado y significa que nosotros como especie, los humanos, no somos especialmente fértiles. Yo creo que es también una respuesta del cuerpo al tener solo un futuro niño o niña. Creo que el cuerpo debe asegurarse de que este embrión que va a nacer debe estar en plenas condiciones, a diferencia de otras especies que tienen seis o ocho crías, por ejemplo los ratones u otros mamíferos. Entonces, este proceso de selección, el cual se descarta en muchos de los embarazos en las primeras semanas, es un proceso en el cual el cuerpo se debe asegurar y las causas de por qué hay muchos embriones que nacen con la información genética incorrecta no se conoce bien. Yo creo que es lo que nuestro trabajo ahonda un poco, al menos arroja algo de luz.
-¿Está entre sus planes regresar a España?
-En España hay grupos de investigación dedicados al desarrollo embrionario, principalmente en Barcelona. En Aragón no conozco ninguno, probablemente haya investigadores clínicos asociados a la parte del desarrollo embrionario y de la fertilidad. De momento, me veo en Bruselas, acabo de empezar allí, pero siempre dejo la puerta abierta, en el futuro nunca se sabe, a uno siempre le gustaría devolver lo que ha aprendido en su país. Yo estudié en Valencia y Barcelona y siempre apetece volver, pero bueno, esta es la situación ahora.