La cita del 21 y 22 de octubre congregó a 24 expositores distribuidos por los 2000 m2 interiores del recinto ferial

Uno de los puestos que llegaron a XI Antiquarius con distintas piezas de carácter religioso
Uno de los puestos que llegaron a XI Antiquarius con distintas piezas de carácter religioso

La Institución Ferial de Calamocha propuso un nuevo viaje a épocas pasadas a través de todos los productos que llegaron a la feria Antiquarius. El certamen de antigüedades calamochino cumplió su undécima edición durante los días 21 y 22 de octubre contando este año con 24 expositores. Entre los stands montados se podían encontrar cámaras de fotografía, bicicletas, juegos de mesa o tebeos, entre otras piezas de colección. La cita para los amantes de lo vintage, la numismática, los muebles de diversas épocas u otros objetos de colección congregó a algo más de 1.500 personas durante los dos días de duración.

Esta feria se ha convertido en un motor más para la localidad. Para Sonia Palacio, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Calamocha, “todas las ferias suponen una dinamización del pueblo e impulso de la economía que repercute en todos los sectores empresariales del municipio. Estamos contemos de inaugurar esta edición de Antiquarius porque aunque no sea una feria tan consolidada como pueden estar Expo Calamocha o Captur, sí que se ha notado un aumento de visitantes cada año”.

Además de las ferias mencionadas por Palacio, la Institución Ferial cuenta con otras, en las que también colabora la Comarca del Jiloca por todo el impulso que supone para el territorio. “Es un revulsivo de cara a la colaboración y participación de la institución comarcal. La institución ferial realiza cinco ferias a lo largo del año, y siempre en la parte económica y de apoyo, desde Comarca estamos para eso”, matizó el presidente de la Comarca del Jiloca, Javier Hernández, presente en el acto inaugural.

Este tipo de encuentros está en auge y vive un buen momento como el de Calamocha. Los expositores profesionales destacaron el carácter de Antiquarius. Amador Escuedero es uno de los habituales y se mostró “muy emocionado”. “Vine a la primera feria de Calamocha y siempre he sido bien recibido por la gente y los organizadores”, comentó. “Estoy muy contento porque está muy bien organizado y aunque es un pueblo pequeño, es muy coqueto y bien organizado”, a estas palabras, se sumó la valoración sobre estos certámenes de Olga Doménech, que por segundo año llegó desde Lérida: “Sí que hay público, hay mucha gente que les gusta, incluidos los jóvenes”.

“Muy recomendable”

Los visitantes se mostraron satisfechos con esta undécima edición perfecta para disfrutarla durante todo un día, señaló un vecino de Zaragoza. Por su parte, una joven zaragozana añadió que era una feria “muy recomendable porque hay cosas muy bonitas, están bien de precio y sobre todo hay mucha variedad”.
Este año, como actividades complemntarias se contó con la recreación histórica de la Guerra Civil Española por parte del grupo Retaguardia de Zaragoza que instaló un hospital de campaña, una campamento de tropas regulares, un puesto de transmisiones y otro de mando. Además, hubo una mastercalass enfocada a la restauración de muebles y otra para integrar una pieza antigua en una decoración actual y moderna. Como broche al fin de semana, también hubo una concentración de vehículos clásicos que desfilaron por las principales calles de Calamocha.

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