La obra se encontraba en proceso de recuperación por alumnos del Curso de restauradores de Albarracín

Alumnado del curso Superior de Restauradores de Albarracín en Villar del Salz

El retablo de Santa Águeda, una obra que colgaba de los muros de la ermita dedicada a la santa desde el siglo XV en Villar del Salz ha sido restaurado por el Curso de la Fundación Santa María de Albarracín en colaboración del Instituto Aragonés del Empleo (INAEM).
Este retablo había sido repintado tantas veces y con tan poca precisión que estaba completamente desvirtuado. “El profesor del curso y yo en un principio fuimos negativos, porque tenía varias manchas de pinturas malas y no aparecían los colores originales. Sin embargo, finalmente pudimos localizarla”, afirma Antonio Jiménez, director gerente de la Fundación Santa María de Albarracín.


Y es que fue una obra de restauración que en primera instancia no estaba ni pensada para ser intervenida. Todo empezó a partir de la llegada del escritor Javier Sierra al pueblo. Su idea era ir a ver las bondades que conformaban la localidad, incluyendo la iglesia y la ermita. Lo que vio el periodista turolense parecía bueno por lo que contactó con la fundación Santa María de Albarracín para que indagaran más.

Fotografía de archivo del retablo antes de su restauración

El gerente de la institución, Antonio Jiménez, visitó los diferentes espacios y, aunque la idea del alcalde del pueblo, Jesús Royo, era otra, Jiménez se percató de un objeto arrinconado que llamaba la atención por su estructura.
“Investigue el retablo y hable con el profesor de los cursos de restauración que viene organizando la fundación porque podría ser muy importante. Entonces lo trajimos a Albarracín y lo pasamos por el taller”, añadió Jimenez.

La restauración fue larga , pero relativa, puesto que los cursos solían durar tres semanas y este se llevó a cabo en tres ediciones consecutivas del Curso Superior de Retablos. Finalmente el proceso finalizó el pasado 10 de septiembre con la colocación de las tablas en uno de los muros de la ermita, más accesible a la vista de los fieles.
“La instalación se realizó dándole el protagonismo que se merece. Aunque no fue fácil la colocación, se intento hacer de la mejor forma,” ha añadido Antonio Jímenez.
Tanto el alcalde como vecinos del pueblo estuvieron contentos con el resultado. Jesús Latasa, el alcalde del pueblo todavía está esperando a terminar las obras de la ermita para poder enseñarlo públicamente.
En cuanto a los alumnos del curso de la Fundación, estos están plenamente satisfechos con el resultado“Es un aprendizaje que no se olvida jamás en la viha añadido Jiménez.

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