En agosto de 2023 la parroquia de Daroca organizó una actividad nocturna titulada “Una noche en el museo”. Se trataba de dar a conocer el Museo de los Corporales de Daroca en sus cuatro secciones: Orfebrería, Pintura, Sala de Terrer de Valenzuela y Textil, y se hicieron dos pases, a las 9 y a las 11 de la noche con un número máximo de 25 personas por turno.
Dado el éxito del año pasado, la Parroquia decidió repetirlo este año como “Una noche en el Museo II”, pero titulándolo en esta ocasión “Un tesoro al descubierto”, en el que se hizo referencia a la Exposición Hispano-Francesa de Zaragoza de 1908 y especialmente a una “veintena” de piezas que la parroquia de Daroca aportó para aquella muestra de arte retrospectivo dentro de la propia Exposición.
Las visitas se estructuraron en varias partes comenzando con una introducción sobre aquella Exposición y lo que supuso para Daroca el dar a conocer a una buena parte de historiadores del arte aquellos objetos pertenecientes a su Parroquia.
Posteriormente, ya en el interior del Museo, se explicaron una por una aquellas históricas piezas que todavía se conservan en Daroca, en las secciones de orfebrería y textil, principalmente, así como, alguna de ellas, en la propia Basílica.
Como ya ocurriese en la edición del pasado año, dada la demanda de la gente, los cupos, esta vez de 30 personas, que previamente tenían que apuntarse en la Basílica, tuvieron que ser ampliados, a 35 en el pase de las nueve de la noche y a más de 40 en el de las 11.
En orfebrería se mostraron los objetos que en 1908 pudieron verse en Zaragoza. La Magnífica Custodia de Pedro IV de finales del siglo XIV, que curiosamente hasta esas fechas estaba denominada como de Jaime I, una llamativa jarra de plata del siglo XVIII adornada con motivos relacionados con la caza, pieza que aun perteneciendo al Museo, todos los años se utiliza en la Semana Santa para el “lavado de los pies” de los 12 apóstoles. No menos curioso un plato, perteneciente a una pareja, del siglo XVIII, llamados de los R.R.C.C., porque en ellos lleva incrustado un hexágono con el escudo de armas de estos Monarcas, seguramente reutilizado de unas piezas anteriores. Dos magníficos cálices de plata sobredorada, con pedrería, de extraordinaria factura y dos cruces parroquiales de plata sobredorada de los siglos XV y XVI pertenecientes a las parroquias darocenses de Santo Domingo y San Pedro, ambas desaparecidas en 1902.
En textil, los asistentes conocieron con todo lujo de detalles aquellos ornamentos litúrgicos que más de cien años antes pudieron contemplar las miles de personas que visitaron aquella Exposición. Riquísimas piezas de primer orden, tales como casullas, dalmáticas y capas pluviales bordadas en oro y en plata, sobre ricas sedas, todas ellas con interesante imaginería. En la propia Basílica se mostró la Virgen Goda que preside la entrada al Museo, una magnífica talla gótica de 140 cm. de altura, realizada en madera de roble sobredorada, y una espectacular lámpara del siglo XIV, instalada en la capilla de la Purísima. Se mencionaron también dos piezas darocenses que estuvieron en aquella Exposición, pero que lamentablemente se encuentran desaparecidas; una Biblia del siglo XIV y un Misal del siglo XVI, así como un magnífico “retablillo” de alabastros que estuvo también expuesto en 1908, que aun siendo de Daroca pertenece a una colección particular.
Finalmente, tras cada uno de los pases, el párroco de Daroca, don Federico Castillo, agradeció a los presentes su asistencia a la visita, así como a los tres guías, colaboradores habituales de la Parroquia.