El pasado 6 de junio de 2025, coincidiendo con la clausura de unas Jornadas de Ingeniería Forestal, se inauguró en Daroca un nuevo parque en un terreno recientemente adquirido por el M.I. Ayuntamiento de Daroca a sus antiguos propietarios, el mismo que anteriormente, y durante siglos, formó parte de los terrenos del convento de franciscanos, mencionado hace unas semanas en este Comarcal.
Podemos admirar en él una extraordinaria diversidad de especies, principalmente no autóctonas, traídas en su día de ultramar. Espectaculares sequoias, piceas, cedros, tejos, tilos, nogales, acebos, cipreses, tuyas, saucos, carrizos de la Pampa, avellanos, ciruelos, bojes, hiedras, etc.
Este tipo de jardines particulares eran frecuentes a finales del siglo XIX y principios del XX en terrenos de ricos propietarios que daban a sus dueños un aire de elevado nivel económico y también cultural. Solían ser gentes que hicieron fortuna en la América Hispana y que volvieron a España. Los denominados “Indianos”.
Después de muchos años en los que la ciudadanía apenas conocía la existencia de este tesoro natural, este espacio recobra la vida que sin duda tuvo antaño, y como no podía ser de otra manera, el parque tiene nombre propio; el de un Ingeniero de Montes, al que Daroca ha querido agradecer lo mucho que hizo por esta ciudad y su entorno a principios del siglo pasado, en cuanto a repoblaciones forestales y acondicionamiento de los montes, mediante diques en los barrancos. Su nombre, Nicolás Ricardo García Cañada, un logroñés nacido el 6 de diciembre de 1866 y que se instaló en Daroca a principios del siglo XX y aquí pasó varias décadas de su vida en el empeño de cubrir de árboles los hasta entonces “pelados” montes de Daroca y su redolada. Algo que algunos de sus colegas, expertos también en ese sector, calificaban de error porque consideraban que era completamente imposible que tuviese éxito.
En 1907 comenzó la repoblación de la Dehesa de los Enebrales. Creó un vivero forestal para la producción de nuevas especies para su plantación y desde los primeros momentos animó a Daroca y otros pueblos a celebrar las “Fiestas del Árbol”, con plantaciones con los escolares, inculcándoles el amor a los bosques. En 1923 la repoblación era ya un hecho.
Pero este agradecimiento póstumo a García Cañada no es el primero que Daroca le hace, pues ya en vida, cuando apenas llevaba unos años en la ciudad, el Ayuntamiento acordó por unanimidad concederle el título de “Hijo Adoptivo de Daroca”, materializándose este nombramiento el 1 de abril de 1909, por la extraordinaria labor de repoblación forestal que estaba llevando a cabo, así como por haber instaurado la mencionada plantación anual de árboles, ideada principalmente para que los niños y jóvenes, chicos y chicas tuviesen conciencia de la importancia de la naturaleza.
Más recientemente, en el año 2023, en la Casa Forestal de la Dehesa de los Enebrales se descubrió una placa con el nombre de este Ingeniero de Montes, Nicolás-Ricardo García Cañada. En esta zona, conocida como “Casa de los Pinos” este hombre hizo una verdadera actuación pionera de reforestación e intervención hidrológica, consiguiendo que una repoblación en circunstancias muy difíciles tuviese un gran éxito.
Es justo decir que García Cañada tuvo muy dignos sucesores como Antonio Pascual Yarza y Miguel Navarro Garnica, pero todavía hoy los actuales ingenieros de montes siguen recordando a García Cañada como la persona que “creó ciencia e historia forestal” en donde no había nada de eso, y lo hizo inventando nuevas técnicas de repoblación forestal y de corrección de torrentes, como métodos de preparación del terreno, de la planta, la plantación, la siembra y el cuidado.

Comparte esta Noticia

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *